Cartel de Don Quichotte, de G. W. Pabst (1933)
La primera comparecencia de Don Quijote en la pantalla se remonta a 1898, cuando el caballero apareció durante escasos segundos en un filme de Gaumont. Después, Les aventures de Don Quichotte de la Manche (1902), de Ferdinand Zecca y Lucien Nonguet, está considerada la primera película de cierta consistencia sobre el personaje cervantino. Cuando ya existía otra versión francesa en dibujos animados y una película de Georges Méliès de 1908, llegó el primer filme español, en 1910, a cargo de Narcís Cuyás.Puede llamar la atención que en España no se hiciera una versión en condiciones hasta 1947, cuando Rafael Gil dirigió para Cifesa Don Quijote de la Mancha, catorce años después del Don Quijote de G. W. Pabst, adaptado por Paul Morand, y diez años antes del Don Quijote soviético de Grigori Kozintsev, verdaderos puntales de la filmografía quijotesca.
El caso es que ya existen más de cien adaptaciones o variaciones libres del personaje de Cervantes -y de otros de la novela-, realizadas en cerca de veinte países, incluyendo -por si resultara curioso el dato- China y Corea del Sur.
En El Quijote y el cine (Cátedra), Ferran Herranz deja claro desde la introducción que ninguna película ha conseguido "reflejar en su plenitud" la novela de Cervantes. Más tarde, y mediante detallado análisis, manifestará su estima por el alto nivel de las dos aportaciones de Manuel Gutiérrez Aragón, los cinco episodios de la serie de TVE El Quijote de Miguel de Cervantes (1991) y el largometraje El caballero don Quijote (2002), adaptaciones, respectivamente, de la primera y de la segunda entrega de la novela.El autor deja claro que desde el principipo que ninguna película ha conseguido "reflejar en su plenitud" la novela
El libro de Ferran Herranz -aunque en ningún sitio se informa oficialmente de ello- es una nueva edición -reelaborada, ampliada y editada con amplio despliegue fotográfico y en más vistoso y cuidado formato- de la obra que, con el mismo título y en la misma editorial, su autor publicó en 2005.
El tiempo transcurrido y el trabajo de actualización realizado por Herranz han permitido incluir comentarios sobre títulos nuevos -alguno tan importante como Honor de cavallería (2006), de Albert Serra-, así como ampliar dos apartados que hacen de este libro una obra fundamental sobre el tema tratado: la filmografía y la bibliografía. Igualmente, Herranz ha puesto al día la información disponible sobre el abortado y muy esperado proyecto (The Man Who Killed Don Quijote) de Terry Gilliam -en trance constante de renacer-, que, con la inacabada versión de Orson Welles -y su discutido desenlace, que el autor pormenoriza-, componen el apasionante capítulo titulado "La maldición del Quijote".
Herranz inicia su libro con unas imprescindibles reflexiones sobre la obra de Cervantes, las variedades de la adaptación de una pieza literaria a la pantalla y las dificultades a tal efecto que presenta El Quijote.
Con conocimiento de primera mano de gran parte de las películas, abundante apoyo bibliográfico y exhaustiva información, Herranz aborda, con académica reflexión crítica, la práctica totalidad de la filmografía sobre El Quijote. Repasando los títulos en orden cronológico, Herranz opta por organizar las películas en los siguientes apartados principales: las aportaciones del cine español, las versiones realizadas en el resto del mundo, las variaciones sobre Dulcinea y Sancho Panza, los musicales y las muy numerosas adaptaciones en dibujos animados.
Tras los mencionados intentos "malditos", Herranz culmina su trabajo con el análisis de algunas "aproximaciones tangenciales y narraciones accesorias", donde Gutiérrez Aragón vuelve a reclamar su atención al haber realizado una traslación libre de El curioso impertinente -relato autónomo dentro de El Quijote- en La noche más hermosa (1984).
En la muy extensa bibliografía final hay varias ausencias. Ha llamado mi atención que Ferran Herranz no mencione, para curiosidad del lector, Don Quijote, el guión cinematográfico que escribió libérrimamente -otro personaje, otra época- Vicente Blasco Ibáñez, publicado el pasado año por Biblioteca Nueva y nunca llevado a la pantalla.