Image: La carrera hacia ningún lugar

Image: La carrera hacia ningún lugar

Ensayo

La carrera hacia ningún lugar

Giovanni Sartori

29 julio, 2016 02:00

Giovanni Sartori

Traducción de Núria Petit. Taurus Madrid, 2016. 100 páginas, 16'90€

El prestigioso politólogo italiano Giovanni Sartori (Florencia, 1942) presentó su teoría de la democracia en un libro que me parece fundamental: ¿Qué es la democracia? (Taurus, 2007). Algunos de los planteamientos allí expuestos aparecen espolvoreados en este ensayo, tan breve como enjundioso, en el que se imparten "diez lecciones sobre nuestra sociedad en peligro".

Sartori entiende que el progreso, que culmina en nuestra democracia liberal, es fruto de la capacidad de abstracción del ser humano, que facilita a su vez los avances científicos. Esta aptitud estaría amenazada hoy por la tiranía visual, que produce imágenes y borra conceptos, lo que ya analizó Sartori en Homo videns. "La televisión -escribe- invierte el progreso de lo sensible a lo inteligible y lo destruye mediante el retorno al puro y simple ver". También se ocupa el viejo profesor de desmitificar el papel de la violencia como partera de ningún cambio a mejor, pues los medios, dice, "condicionan los fines y, a la larga, se apoderan del fin". Conviene recordar esta enseñanza ahora que vuelven ciertas retóricas violentas más propias de tiempos que creíamos superados. Es muy lúcido su recorrido apresurado por la historia revolucionaria para demostrar que en las "revoluciones creativas", como la Gloriosa o la Revolución Francesa (antes del Terror), se derramó muy poca sangre, y para tumbar el mito de la "revolución desde abajo", pues muy pocas lo son.

Desarrolla el polítologo su sistema electoral perfecto, mayoritario y a doble vuelta, al estilo francés, que en Italia, afirma, acabaría con la proverbial ingobernabilidad de las instituciones. Sartori habla también del islam y de lo arrogante que resulta intentar "democratizarlo" desde Occidente. Sostiene que estamos en guerra, una guerra terrorista, global, tecnológica y religiosa. Una guerra que no se parece a nada que hayamos conocido. Tampoco Sartori, con su inteligencia, sabiduría y capacidad argumentativa, se parece a casi ninguno de los expertos que pontifican hoy a todas horas sobre ciencia política.