Donald Trump

Debate. Traducción de Conrado Tostado y Jeannine Diego Medina. Barcelona, 2016. 103 páginas, 15'95€

En un conciso e iluminador prólogo, David Remnick invita a releer el perfil, "ya clásico", que Mark Singer escribió de Donald Trump en 1996, en The New Yorker, para saber "qué se observaba y pensaba de este hombre cuando solo era el bufón, más o menos inocuo, de mi amada ciudad". Ahora Trump es candidato a la Casa Blanca, pero sigue diciendo las mismas bufonadas que decía hace diez, veinte, treinta años. Las mismas que le decía entonces a Singer, y tras las cuales solía apostillar: "es extraoficial, pero lo puedes usar". Ocurre que ya no tienen tanta gracia. Trump, como alguien le dijo al reportero, en el fondo quiere ser Madonna.



El show de Trump, reportaje actualizado para esta edición, nos presenta a un millonario narcisista, excéntrico y fanfarrón, mentiroso y "carente del don de la ironía". También a uno de los mayores constructores de Nueva York y a un exitoso operador de casinos de Atlantic City. Alguien con un extraño, pero eficaz, modo de hacer negocios. El perfil, cuya vigencia quizá tropiece a ratos con las detalladas descripciones de las finanzas del magnate, que imaginamos volubles, es un extraordinario ejercicio de crónica periodística, interpretativo y personal, como prescribe el género. Ideal para conocer, siquiera en su superficie, a alguien que, según Singer, "aspira a lograr el lujo máximo: una existencia sin el perturbador rumor de un alma".