La División Azul. Sangre española en Rusia (Crítica, 2004) de Moreno Juliá, autor que luego ofreció una monografía minuciosa de la Legión Azul (Actas, 2014); De héroes e indeseables. La División Azul (Espasa, 2007) de Rodríguez Jiménez y La División Azul (RBA, 2011) de Martínez Reverte.
No era fácil ofrecer algo novedoso. Pero Núñez Seixas (Orense, 1966), catedrático en Múnich, es un historiador que disfruta aceptando retos. Autor muy prolífico, sus estudios destacan por su rigor conceptual y su magnífico manejo de fuentes. Especialista en nacionalismos, ha orientado también sus indagaciones a las migraciones y ha publicado brillantes síntesis divulgativas como Las utopías pendientes. Una breve historia del mundo desde 1945 (Crítica, 2015).
Difícil imaginar alguien mejor que Núñez Seixas para ofrecer una nueva mirada sobre la División Azul. Políglota, buen conocedor de archivos extranjeros y ubicado desde hace tiempo en tierras germanas, Núñez Seixas venía publicando desde hace años esclarecedores artículos sobre aspectos parciales de la contribución franquista a Hitler. Ahora ha dado el salto a una visión de conjunto. Y lo ha hecho con un acopio documental ingente (notas y bibliografía ocupan más de 150 páginas, casi la tercera parte del volumen) y, sobre todo, desde la perspectiva de una "renovada mirada historiográfica" que implica una nueva concepción de la historia militar y la incorporación de la hoy pujante historia cultural de la violencia.
¿Y todo ello qué supone? ¿Qué significa en términos concretos? Pues un cambio fundamental de perspectiva. Simplificando mucho, podríamos decir que la "historia desde abajo". Lo que interesa en estas apasionantes páginas es cómo se ve la guerra a ras de suelo -frío, suciedad, piojos, tedio-, qué siente y qué piensa el soldado, por qué lucha, cómo establece lazos de camaradería, cuál es su concepción del enemigo y del país que pisa, cómo vence el miedo, cómo afronta la muerte siempre cercana. Se trata en definitiva de desentrañar con la mayor precisión posible el conjunto de vivencias, actitudes y mentalidades que configuran la "cultura de guerra" y la "experiencia del combate".
Pero como toda historia se hace sobre un sustrato anterior, Núñez Seixas tiene siempre muy presente la "leyenda blanca" que ha acompañado tradicionalmente a la División Azul. Tachados de idealistas o hasta ingenuos, los divisionarios parecían quedar al margen de la barbarie nazi. El autor matiza mucho este retrato, sin darle totalmente la vuelta.
Es verdad que su comportamiento nunca llegó a los extremos de crueldad y sadismo de los nazis, pero no puede silenciarse que estaban allí colaborando en una guerra de exterminio. En el mejor de los casos fueron cómplices o espectadores pasivos, como pasó en lo relativo al holocausto judío. Afortunadamente para ellos no les tocó participar en los episodios más sanguinarios. Esto hasta cierto punto les salvó del oprobio posterior. Precisamente al "legado y memoria" de la División Azul (cómo fue juzgada en la España de la segunda mitad del siglo XX) dedica Seixas el último capítulo, poniendo con ello de relieve hasta el final el carácter original y ambicioso de su estudio.
Hará mal quien piense al ver el título de este libro que es "uno más" sobre la División Azul. Y se equivocará quien considere que se ha dicho todo sobre la famosa expedición española que se reclutó en 1941 para colaborar con el III Reich en la invasión rusa. Es verdad que han aparecido en los últimos años varias obras importantes sobre dicho episodio:
No era fácil ofrecer algo novedoso. Pero Núñez Seixas (Orense, 1966), catedrático en Múnich, es un historiador que disfruta aceptando retos. Autor muy prolífico, sus estudios destacan por su rigor conceptual y su magnífico manejo de fuentes. Especialista en nacionalismos, ha orientado también sus indagaciones a las migraciones y ha publicado brillantes síntesis divulgativas como Las utopías pendientes. Una breve historia del mundo desde 1945 (Crítica, 2015).
Difícil imaginar alguien mejor que Núñez Seixas para ofrecer una nueva mirada sobre la División Azul. Políglota, buen conocedor de archivos extranjeros y ubicado desde hace tiempo en tierras germanas, Núñez Seixas venía publicando desde hace años esclarecedores artículos sobre aspectos parciales de la contribución franquista a Hitler. Ahora ha dado el salto a una visión de conjunto. Y lo ha hecho con un acopio documental ingente (notas y bibliografía ocupan más de 150 páginas, casi la tercera parte del volumen) y, sobre todo, desde la perspectiva de una "renovada mirada historiográfica" que implica una nueva concepción de la historia militar y la incorporación de la hoy pujante historia cultural de la violencia.
¿Y todo ello qué supone? ¿Qué significa en términos concretos? Pues un cambio fundamental de perspectiva. Simplificando mucho, podríamos decir que la "historia desde abajo". Lo que interesa en estas apasionantes páginas es cómo se ve la guerra a ras de suelo -frío, suciedad, piojos, tedio-, qué siente y qué piensa el soldado, por qué lucha, cómo establece lazos de camaradería, cuál es su concepción del enemigo y del país que pisa, cómo vence el miedo, cómo afronta la muerte siempre cercana. Se trata en definitiva de desentrañar con la mayor precisión posible el conjunto de vivencias, actitudes y mentalidades que configuran la "cultura de guerra" y la "experiencia del combate".
Pero como toda historia se hace sobre un sustrato anterior, Núñez Seixas tiene siempre muy presente la "leyenda blanca" que ha acompañado tradicionalmente a la División Azul. Tachados de idealistas o hasta ingenuos, los divisionarios parecían quedar al margen de la barbarie nazi. El autor matiza mucho este retrato, sin darle totalmente la vuelta.
Es verdad que su comportamiento nunca llegó a los extremos de crueldad y sadismo de los nazis, pero no puede silenciarse que estaban allí colaborando en una guerra de exterminio. En el mejor de los casos fueron cómplices o espectadores pasivos, como pasó en lo relativo al holocausto judío. Afortunadamente para ellos no les tocó participar en los episodios más sanguinarios. Esto hasta cierto punto les salvó del oprobio posterior. Precisamente al "legado y memoria" de la División Azul (cómo fue juzgada en la España de la segunda mitad del siglo XX) dedica Seixas el último capítulo, poniendo con ello de relieve hasta el final el carácter original y ambicioso de su estudio.