Phil Collins

Traducción de Máximo Sáez. Aguilar, 2016. 487 páginas. 19'90€

Phil Collins (Hounslow, 1951) no es un exégeta de la música actual. Ni siquiera un especialista de la época gloriosa en la que triunfó con Génesis y sus álbumes en solitario: las décadas de los 80 y 90. Phil Collins es un personaje. Ni más ni menos. Si no, cómo puede llamarse a este genial e intuitivo cantante y batería que creció en los suburbios de Londres, que antes de meterse de lleno en el rock fue actor de musicales, que consiguió la aceptación de un "pijo" llamado Peter Gabriel, que se coló en A Hard Day's Night de los Beatles, que se desdobló en el Aid Live de Bob Geldof y que, sin proponérselo, ha acumulado una larga lista de demandas de divorcio para terminar siendo íntimo de Clapton, Robert Plant, Elton John o Lionel Richie.



Las memorias del autor de In The Air Tonight no pasarán a la historia del género pero, como ya anuncia su título, Aún no estoy muerto, nos harán pasar un rato divertido, a la altura de un humor devoto de Tony Hancock y Monty Python y de su ácida -y en ocasiones etílica- relación con su convulsa profesión. La narración, en la que se agradecen los saltos cronológicos, está traspasada por un ejercicio de estilo tan impecable que se adivina una anónima mano maestra capaz de firmar frases como ésta: "Me llamo Phil Collins, soy batería y sé que no soy indestructible. Esta es mi historia". Pues eso, un personaje.



@ecolote