Woody Allen

Traducción de Guillermo Ortiz. Turner. Madrid, 2016. 473 páginas. 24€, Ebook: 11'99€

¿Otro libro sobre Woody Allen? ¡Qué pereza! Lo cierto es que, ahora mismo, existen en castellano varios libros sobre las películas de Allen, pero, si no me equivoco, la última biografía accesible con fuentes propias sobre el clarinetista, dramaturgo, escritor, actor, guionista y director (Nueva York, 1935) se remonta a 1992. Se trata de la muy hagiográfica de Eric Lax, publicada por Ediciones B.



Han pasado cerca de tres décadas, Allen ha cumplido 81 años, ha dirigido casi treinta películas más, ha sufrido varias crisis profesionales y en su vida han sucedido terribles acontecimientos como la ruptura de su relación con Mia Farrow, su matrimonio con Soon-Yi -hija adoptiva de la actriz- y, sobre todo, el largo calvario judicial tras haber sido acusado por Farrow de haber abusado sexualmente de su entonces pequeña hija Dylan, de siete años. Tal abuso nunca fue demostrado, pero las acusaciones colean, han provocado campañas de desprestigio del cineasta y han interferido en el desarrollo y recepción de su trabajo.



Todo ello -y el acceso de nuevas generaciones a su cine- justifica el interés de esta nueva biografía, cerrada en 2015, editada por Turner y escrita por alguien tan fiable como David Evanier (Nueva York, 1947), quien, entre otras cosas, ha sido editor de la prestigiosa revista literaria "The Paris Rewiew".



Evanier advierte que no ha pretendido hacer un minucioso recorrido cronológico por la vida y la obra de Woody Allen, quien fue reticente al libro desde el principio y sólo se prestó a una no muy extensa correspondencia electrónica y a una breve entrevista personal. Woody, pues, ni es una biografía convencional, ni es un libro laudatorio. Evanier, que no es crítico de cine, se muestra entusiasta con más de veinte películas de Allen y manifiesta su rechazo de otras muchas. Del mismo modo, es sensible a muchos valores personales del cineasta, pero no duda en hurgar en sus desapacibles zonas de sombra.



Lo que ha hecho Evanier es, lejos de los tópicos que disecan y vulgarizan la figura y la obra de Allen, iluminar profusamente los aspectos sustanciales -a veces, inevitablemente coincidentes con los tópicos- de la trayectoria vital y cinematográfica del cineasta, logrando esclarecer una personalidad que no siempre concuerda ni con los personajes que Allen interpreta en sus filmes ni con su manoseada y previsible imagen mediática. Otra cosa es que haya correlaciones y vasos comunicantes entre la peripecia vital de Allen y sus películas, y Evanier, siguiendo la teoría de análisis crítico de Saint-Beuve, va estableciendo esos nexos con sus acordes y sus desacuerdos.



Amén de manejar una extensa bibliografía, David Evanier -muy al modo americano- ha mantenido conversaciones cruciales y ha recogido opiniones y testimonios de conocidos, amigos y muy importantes colaboradores directos de Allen. Y no son, precisamente, los actores y actrices -aunque también- que todo el mundo conoce. Personas como su productor, Jack Rollins -fallecido hace un par de años-, o como su habitual directora de casting, Juliet Taylor, han sido decisivas en el recorrido de Allen. ¿Alguien recuerda a Harlene Rosen, la primera esposa del cineasta? Pues ha roto un silencio de décadas para Evanier. ¿Alguien conoce en España al televisivo Dick Cavett? Pues es el amigo más fiel y próximo a Allen desde hace más de cincuenta años y ha concedido una entrevista a Evanier que ocupa veinte páginas del libro.



Vale la pena sacudirse la pereza, admitir que creemos saber de Allen más de lo que de hecho sabemos y leer Woody. Disfrutaremos, nos inquietaremos, nos llevaremos sorpresas y acabaremos conociendo mucho mejor a la persona, al personaje y la filmografía y otras creaciones de Woody Allen hasta casi hoy mismo.