Alexandra Gil

Debate. Barcelona, 2017. 187 páginas, 17'90€

Alexandra Gil (Zaragoza, 1987) es periodista española pero vive desde hace años en Francia. Un dato es el resorte de su investigación: sólo en 2015 más de mil europeos abandonaron a sus familias para unirse a la guerra santa. En el vientre de la yihad cuenta con testimonios el drama de nueve de ellas, familias de yihadistas franceses y belgas, y desmonta no pocos tópicos y malentendidos. Es por esto un buen libro de reporterismo en el que, por suerte, predomina el relato sobre la fría estadística.



Un ejemplo: el libro tumba el habitual prejuicio -que por lo general anida en la izquierda- de que, de entre los europeos, sólo hace la yihad un tipo más o menos definido, al que se presenta como víctima del diabólico sistema occidental: es hijo de inmigrantes, en paro cuando no en exclusión social, de la periferia, no practicante y con problemas de delincuencia. Estas características se dan, claro, pero raramente todas juntas.



Hay, como leemos en este ensayo, yihadistas que trabajan, que viven bien y que viven mal, muy creyentes, poco o nada. También hay católicos convertidos. Encajaría en nuestros prejuicios Paul, hijo de un argelino y de una francesa que se radicalizó durante su segunda estancia en la cárcel; pero de ningún modo Pierre, un joven católico que se convirtió al Islam de adolescente, dejó los estudios con 18 años, marchó a Siria y se suicidó en un atentado en Irak. Su historia, como imaginará el lector, es estremecedora.



Desde la concesión del Nobel a Aleksievich, abundan los libros de testimonios en los que el reportero "deja hablar" a los entrevistados. Gil sabe que no siempre es una buena decisión que el entrevistado se explaye, al menos sobre el papel: tras esa técnica se oculta a veces una falsa objetividad, cuando no un engaño al lector. El periodista, como hace la autora de este magnífico libro, ha de escoger y organizar narrativamente.