Animalismo, ¿la revolución que viene?
La proliferación de libros y manifiestos refleja una creciente toma de conciencia de la sociedad con respecto a los derechos de los animales
23 febrero, 2018 01:00Ilustración de la portada de Manifiesto animalista, de Corine Pelluchon, en Reservoir Books
El día que dejé de comer animales. Javier Morales. Sílex. Madrid, 2018. 90 pp., 10 €
Manifiesto animalista. Corine Pelluchon. Traducción de Juan Vivanco. Reservoir Books. Barcelona, 2018. 142 pp., 7,90 €. Ebook: 4,99 €
Carta abierta a los animales. Fréderic Lenoir. Traducción de Ana Herrera. Ariel. Barcelona, 2018. 176 pp., 15,90 €. Ebook: 8,99 €
Los partidarios de la igualdad animal confirman, por ejemplo, que si un individuo sustituye durante un mes la carne de vaca por platos alternativos, salva 22 metros cuadrados de selva de la deforestación, y si renuncia a la carne de cerdo, evita además la producción de 38 litros de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. Aunque hay quien dice que hacerlo condenaría al mundo rural a la extinción, el auge del animalismo es imparable, como demostró el éxito de PACMA (Partido Animalista) en las elecciones de 2016, con más de 1.200.000 votos al Senado.
Reflejo de esta nueva manera de comprender la realidad es la proliferación de libros y manifiestos. Uno de los más clarificadores es El día que dejé de comer animales, de Javier Morales (Plasencia, 1968), en el que el periodista explica a través de distintas lecturas (Coetzee, Safran Foer, Frans de Waal) y entrevistas con activistas como Jorge Riechman, Óscar Horta, Ruth Toledano y Javier Moreno cuándo y por qué decidió renunciar a comer animales dejando claro que su intención es lograr que el lector deje de verlos como una mercancía "que ni siente ni padece".
Más contundente, la filósofa francesa Corine Pelluchon (1967), sostiene en Manifiesto animalista que nuestra relación con los animales "es un espejo que nos muestra en qué nos hemos convertido" (p.13) , al tiempo que defiende que son sujetos políticos y plantea niveles, plazos y propuestas de lucha política que extremen la protección animal.
Finalmente el filósofo Frédéric Lenoir (1962) dirige una Carta abierta a los animales en la que, tras reconocer sus propias contradicciones, apuesta por aplicar la superioridad moral del hombre en la defensa de los demás seres. Breves y acerados, estos libros trazan las bases de un revolucionario futuro sostenible en el que sea inimaginable la sobreexplotación industrial de ningún animal.