Siruela. 2010. 244 pp., 18 e. (desde 12 años)



El jardín de medianoche, que ganó la Carnegie Medal en 1959 y fue adaptada al cine e incluso a la televisión, es la obra más conocida de Philippa Pearce (1920-2006) , autora inglesa que desempeñó además en la BBC y en la edición una notable labor. Más de una vez ha renacido en editoriales españolas, y da la impresión de que el paso del tiempo, que es precisamente su médula, no le hace mella.



El protagonista es Tom, un niño que se ve obligado a pasar unos días con sus tíos para no contagiarse del sarampión que sufre su hermano. Frustrado en una antigua casa sin alicientes, rodeado de adultos, el panorama cambia la noche en que oye dar 13 campanadas al reloj del vestíbulo y descubre un jardín -magníficamente descrito- y a Hatty, una niña solitaria que se convierte en su compañera de juegos. Tom vive las noches con intensidad en ese jardín en el que se asoma a unas vidas del pasado y donde el tiempo discurre de forma desconcertante. Cuando duda de si Hatty es un fantasma o lo es él, como cree la niña, el juego de percepciones revela una incertidumbre en la que se reconoce la afinada construcción literaria.



A través de cartas, Tom va contando a su hermano sus descubrimientos nocturnos, y Peter, lo mismo que quien lee, siente la atracción de ese misterioso jardín levantado por obra de los deseos y los sueños.