Ramiro tiene un abuelo bibliotecario y un pez con el que comparte la emoción de su primera visita a la casa de los libros, una antigua biblioteca en el bosque; no se puede pedir más. Yoo, coreana afincada en Nueva York, ilustra el descubrimiento de la biblioteca por parte de un niño que, estimulado por los libros, da alas a la imaginación siguiendo la pista a su escurridizo pez rojo. La sobriedad exquisita de la edición armoniza con las ilustraciones, plumillas de aire clásico y planteamiento novedoso con un toque de rojo sobre un fondo sepia evocador de arcaicos volúmenes. Imágenes que aliadas con la fantasía cobran protagonismo frente a las palabras y crean un ámbito misterioso e íntimo, como corresponde al gozo solitario de la lectura.