Como en algunos cuentos tradicionales habremos de presenciar la crueldad de una madre que abandona a su hijo por no enfrentarse al juicio de los vecinos, y a la inocencia del pequeño héroe elevándose sobre Sydney para iniciar un fantástico viaje que cambiará su vida: del cafetal de Brasil a las calles de Nueva York y Canadá en las que tropezará con seres excepcionales que, al igual que él, fueron rechazados por su entorno y supieron remontar el rumbo hacia la felicidad definitiva. He aquí la estructura acumulativa que va edificando el relato, por la que cada accidental encuentro cumple una determinada función en la formación del protagonista.
Solo cuando Barnaby logre consumar su ansiada vuelta a casa y pueda recuperar la normalidad, descubrirá que se siente orgulloso de ser diferente.