Ilustraciones de Noemí Villamuza. Edebé, 128 pp., 10 e. (Desde 10 años)

Apunta Rosa Navarro Durán en su presentación de este libro: "Te ofrezco cien palabras para que las hagas tuyas, para que las uses, les des alas y así puedan volar ..." Y continúa subrayando: "...y para que tú, al usarlas, puedas expresar sentimientos, contar cosas, dar detalles, que, antes de conocerlas no sabías explicar". Se trata de una poética invitación en la que se condensa la esencia que debiera animar todo buen diccionario: la de transmitir al lector que la lengua es un patrimonio que en el uso cobra vida y a todos nos pertenece.



De esta misma forma nos lo intenta transmitir José Antonio Pascual -vicedirector de la RAE- en su prólogo al volumen, cuando incide en la condición abierta del mismo, en la necesidad de avivar nuestra curiosidad cada vez que tropecemos con una voz desconocida en mitad de la lectura. De esta manera, buceamos entre 'jaurías', 'xilografías' o 'briznas' que, no solo resucitan bajo el lápiz mágico de la ilustradora Noemí Villamuza, sino que, siguiendo la estela del Diccionario de Autoridades, se ilustran con gragmentos de diversos escritores contemporáneos -desde Pío Baroja a Rosa Chacel o Juan José Millás-, para que el niño pueda comprender el término dentro de un contexto determinado.



Las ventanas de la lengua se abren, pues, de par en par, con el objetivo de descubrirnos la necesidad de las palabras, esos maravillosos instrumentos que estructuran nuestra mirada del mundo, que son capaces de comunicarnos con nuestros semejantes, y nos permiten volar, como citábamos al principio, hacia aquellos territorios insospechados que nos regala la literatura.