Image: El Piloto y el Principito
El Piloto y el Principito
Peter Sís
12 septiembre, 2014 02:00
El pasado mes julio recordábamos el 70 aniversario de la desaparición de Antoine de Saint-Exupéry, y qué mejor homenaje que este preciosísimo álbum en el que se recrea la biografía de aquel hombre aventurero que no temió recorrer los cielos cuando estos eran todavía un territorio incierto.
Firmado por el gran Peter Sís, distinguido con el Hans Christian Andersen en 2012 entre otros reconocimientos, somos testigos de una vida emocionante que arrancó con el cambio de siglo y discurrió paralela a la de los grandes descubrimientos de comienzos del siglo XX. La página se segmenta entonces para describir la peripecia vital de Saint-Exupéry, en la que tendrán un lugar privilegiado las visitas a los aeródromos y su posterior formación como piloto comercial que le llevó a repartir el correo por Europa, África o Sudamérica.
Pero no todo fueron mieles. Nuestro héroe también tuvo caídas y remontadas, como nos revela a través de sus escritos, sin que su pasión por el vuelo disminuyera un ápice. Así se aprecia cuando las magníficas ilustraciones de Sís perfilan el "rostro del paisaje" desde las alturas, logrando participar al lector dela incomparable sensación de libertad,la soledad o la grandeza de la noche estrellada. Sin embargo, tendría que llegar la guerra que transformó los cielos en paisaje de destrucción y forzó el necesario descanso del aventurero para recapacitar sobre el giro que iba tomando el mundo. De esta etapa de reflexión nacería El principito, solo un año antes de que su avión se perdiera buscando "su propio planeta reluciente cerca de las estrellas".
Firmado por el gran Peter Sís, distinguido con el Hans Christian Andersen en 2012 entre otros reconocimientos, somos testigos de una vida emocionante que arrancó con el cambio de siglo y discurrió paralela a la de los grandes descubrimientos de comienzos del siglo XX. La página se segmenta entonces para describir la peripecia vital de Saint-Exupéry, en la que tendrán un lugar privilegiado las visitas a los aeródromos y su posterior formación como piloto comercial que le llevó a repartir el correo por Europa, África o Sudamérica.
Pero no todo fueron mieles. Nuestro héroe también tuvo caídas y remontadas, como nos revela a través de sus escritos, sin que su pasión por el vuelo disminuyera un ápice. Así se aprecia cuando las magníficas ilustraciones de Sís perfilan el "rostro del paisaje" desde las alturas, logrando participar al lector dela incomparable sensación de libertad,la soledad o la grandeza de la noche estrellada. Sin embargo, tendría que llegar la guerra que transformó los cielos en paisaje de destrucción y forzó el necesario descanso del aventurero para recapacitar sobre el giro que iba tomando el mundo. De esta etapa de reflexión nacería El principito, solo un año antes de que su avión se perdiera buscando "su propio planeta reluciente cerca de las estrellas".
