Alfaguara. Madrid, 2015. 144 páginas, 17'95 € (A partir de 12 años)

No se trata de hurgar una vez más en las heridas sino de que los jóvenes tomen conciencia del peso de la memoria para no repetir los errores del pasado. ¿O podríamos comprender la Transición y la Dictadura sin ahondar en esos tres años de Guerra Civil que partieron el destino de España? Con este espíritu encara Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) el proyecto, tal vez uno de los libros más complicados, porque discriminar entre los manuales de historia -con la guía esencial de Chaves Nogales- y destacar los acontecimientos clave no eran tareas sencillas. A ello se añade la intención de romper con el maniqueísmo de buenos y malos, pues la mayoría de los españoles fueron víctimas y verdugos en la más cruda de todas las guerras, y dicho por uno que tras sus años de corresponsal, conoce el dolor de primera mano.



Los tiempos exaltados del final de la República y el descontento de los militares abonaron el terreno para que se produjera el golpe de Estado contra el gobierno legítimo -como repite en varias ocasiones para subrayar el atentado que supuso contra la democracia-. A partir de ahí, Reverte relata las atrocidades cometidas aprovechando pretextos políticos o la represión feroz en los lugares conquistados, la pasividad internacional además de algunos episodios míticos como el bombardeo de Guernica o la batalla del Ebro. Treinta capítulos breves que nos trasladan el drama de tantas mujeres, que destacan hitos como el "Venceréis pero no convenceréis" de Unamuno y que encuentran la réplica en cada una de las ilustraciones de Vicente, imprescindibles porque condensan en una sola imagen toda la carga simbólica de una idea.



Los jóvenes no pasarán en balde por estas páginas que para algunos resultan "tibias" -el tema todavía escuece-, pero que abren sin duda una puerta y nos descubren que, junto al horror de una guerra, también asoman momentos de humanidad que nos reconcilian con el ser humano.