Image: El armario chino

Image: El armario chino

Infantil y juvenil

El armario chino

Javier Sáez Castán

8 abril, 2016 02:00

Ilustración del libro

Ekaré. 40 páginas. 12'60€. (A partir de 8 años)

Decía en una entrevista Sáez Castán (Huesca, 1964) "Mis libros son como barracas de feria con prodigios y curiosidades", como comprobaremos al penetrar en las páginas de este misterioso armario chino. Desde el singular formato del libro -tan esbelto como el objeto protagonista- a la lúdica propuesta de lectura que nos permite ir de principio a fin o comenzar por el otro extremo como si nos encontráramos ante una suerte de palíndromo. Según sabemos por el diario de un anticuario que funciona como prólogo -o bien epílogo, según por donde empecemos-, todo surgió a finales del XIX en un local lúgubre del barrio chino de San Francisco. Un lugar apenas iluminado, abarrotado de muebles y murciélagos que el narrador describe como "extrañamente familiar". Allí descubrió aquella magnífica pieza de la dinastía Ming, un armario que solo se puede abrir desde dentro y que nos invita enigmáticamente a que pasemos y recorramos sus páginas "O salgan de ellas, si pueden".

A partir de entonces, el cuerpo del texto se sostiene sobre dos tiras de viñetas contrapuestas que relatan una misma historia en dos direcciones inversas: la de un matrimonio burgués que conversa frente a la chimenea mientras su hijo duerme en la habitación contigua. El juego del autor va más allá del contraste entre los rojos y azules que marcan la diferencia entre la realidad de este matrimonio frente al universo de lo onírico que encarna el armario, pues lo lúdico también se extiende a ese reloj que va avanzando a lo largo de las distintas escenas y a los guiños que vamos descubriendo en ese espacio tripartito (salón, dormitorio y cuarto de baño) en el que, solo aparentemente, nada cambia. Una original propuesta, que nos muestra cómo el misterio forma parte de lo cotidiano y celebra la imaginación como ese lugar al que necesitamos viajar cada vez que cruzamos la frontera de lo real.