El viaje
Francesca Sanna
16 septiembre, 2016 02:00Ilustración de la obra El viaje, de Francesca Sanna
La literatura infantil no rehúye temas que de entrada pudieran parecer especialmente dolorosos. Así lo demuestran libros como Alma y la isla o El viaje, al acercarnos la compleja realidad de los refugiados y descubrir que cada cifra esconde a un ser humano con una historia de lucha a sus espaldas.Cuenta la autora que la idea le surgió como una suerte de collage tras la infinidad de entrevistas que hizo a inmigrantes en un campo de desplazados de Italia. Ahí encontró la base para retratar, desde la perspectiva de un niño, cómo la guerra irrumpe en su ciudad y esparce el caos por todo lugar. Horror que en lo gráfico está representado por una monstruosa mancha negra que se va comiendo la página y arrasa con todo lo que se le pone por delante, los edificios, las calles e incluso al padre del protagonista cuando un día desaparece. Sólo en este contexto la madre se plantea huir a un país lejano donde puedan desterrar el miedo.
El viaje, entonces, se dibuja como una gran aventura con sabor a incertidumbre, que refleja la capacidad de superación y la necesidad de la fantasía para los niños cuando se complica el camino. Kilómetros agotadores, fronteras que rechazan, la inmensidad del mar como una barrera infranqueable. Toda una odisea incomprensible cuando contemplamos la migración sencilla de los pájaros. Por suerte, en este álbum reconocido con distintos premios, el final de la familia es esperanzador. Un viaje que a nadie dejará indiferente.