Novela

Los placeres de la Habana

Vicrente Romero

14 junio, 2000 02:00

Planeta. Barcelona, 2000. 243 páginas, 2.200 pesetas

Otra novela con, desde o sobre La Habana. Tal vez convendría que durante una temporada se vetara el uso -y el abuso- de esta fascinante ciudad como escenario de ficciones novelescas, atendiendo al enorme incremento de tramas con ese telón de fondo que ha acusado nuestra literatura reciente.Vicente Romero (Madrid, 1947), queda claro, conoce bien la capital cubana, y también es uno de sus apasionados visitantes. Además tiene un cebado currículo como informador, que se completa con tres títulos periodísticos publicados con anterioridad. Resulta lógico, pues, que el talón de Aquiles de su novela sea, precisamente, la estrecha frontera que la separa de un reportaje periodístico. Hay mucha información en sus páginas, muchos diálogos que más parecen declaraciones para un reportaje, muchas anécdotas que parecen estar ahí sólo porque su autor quiere denunciarlas, muchas referencias a algunos asuntos de actualidad. Todo tratado con la meticulosidad y la precisión de quien se preocupa, sobre todo, por narrar con fidelidad el estado de las cosas.

Por supuesto, también se ha preocupado Romero de que haya una consistente trama de ficción, un buen puñado de personajes -algunos demasiado esquemáticos, otros mucho más logrados, como Mariano, el protagonista- y alguna sorpresa en el desenlace. La combinación de todos estos elementos da como resultado una novela que se lee con agrado, de un soplo; que consigue mantener un buen ritmo y el interés del lector hasta el inesperado final; pero en la que redunda una visión mil veces repetida de esa Habana "muy distinta de la soñada" (página 25) y que tiene ya definidos sus propios tópicos: la jinetera, el sexo fácil, el bloqueo, la decadencia, la crítica anticastrista, la picaresca cubana…Y que, al cabo, viene a ser como una de esas bebidas refrescantes: proporcionan una sensación muy placentera pero no quitan la sed.