Padres nuestros
Andrew O'Hagan
24 enero, 2001 01:00Andrew O´Hagan nos relata en Padres nuestros las últimas semanas de un líder del movimiento obrero británico. Su nieto Jamie le acompaña en su agonía y ambos contemplan el pasado con la sensación de que la verdad no es lo más importante. Hugh falsifica sus recuerdos y Jamie le escucha sin preocuparse de que las cosas transcurrieran de otro modo. Hugh fue un héroe, un Jimmy Cagney escocés, y él, su nieto, su mejor proyecto. Las acusaciones de malversación que cuestionan su gestión no empañarán esa imagen. Los viejos ideales no han muerto por la corrupción de sus portavoces, sino por la obstinación de la realidad, que no quiso adaptarse a ellos.
Lejos de las innovaciones formales que abrumaron a la novela hasta finales de los setenta, O´Hagan ha escrito un relato que combina las explosiones de lirismo con una prosa desnuda, austera. Su retrato del alcoholismo y de la pobreza de los barrios obreros recuerda el Madrid de Baroja, esa preferencia por el mundo de los perdedores que, expulsados de la historia, sólo encuentran cobijo en las páginas de la literatura. Crónica de una derrota, Padres nuestros nos invita a revisar nuestras vidas a la luz del fracaso ajeno.