El procedimiento
Harry Mulisch
23 mayo, 2001 02:00Abandonado por su mujer, intenta recuperar su afecto con cartas dirigidas a la hija que perdieron. Mientras, un colega resentido que no soporta la posibilidad de que le concedan el Nobel, le acusa de no reconocer su participación en el descubrimiento. Werker intercepta una llamada que habla de asesinato e intuye que él sea la víctima.
Mulisch divide su obra en tres actos, parodiando las preceptivas de las poéticas neoclásicas y sustituye la convención del capítulo por una sucesión de documentos que no responden a un orden lógico.El tercer documento del primer acto es una recreación de El Golem (1915), la novela de Gustav Meyrink, donde se crea un homúnculo en un cuarto circular sin puertas. En este caso, el autómata animado por el rabino Lüw no es un nuevo Adán, sino Lilit, la mujer que precedió a Eva y que, tras rebelarse, se convirtió en demonio para sembrar el caos. Tras este episodio, Mulisch describe un salto de cuatro siglos y reparte la acción entre Venecia, Amsterdam y El Cairo. Werker va de una ciudad a otra, impartiendo conferencias e intentando rehacer su vida sentimental. A medio camino entre el thriller, la narrativa experimental y la novela gótica, Mulisch, en la tradición de los grandes escritores centroeuropeos (Kafka, Canetti), convierte El procedimiento en un brillante ejercicio intelectual, donde la literatura recupera su capacidad de expresar una visión del mundo.