La vida con David
José Manuel de la Huerga
3 julio, 2003 02:00J. M. de la Huerga. Foto: Paco Toledo
Procedente de la docencia y el periodismo, y con una breve experiencia anterior como escritor, el leonés José Manuel de la Huerga (1967) aborda la novela con una fábula muy arriesgada, La vida con David. La inhabitual exigencia de este nuevo autor se percibe en los más significativos elementos de su libro: en el alto voltaje imaginativo; en la construcción nada simple, aunque no sofisticada, y en la amplia red de preocupaciones que aborda.La vida con David es una novela alegórica de fanta ficción. Su dramática peripecia sucede en un misterioso lugar costero y en un incierto tiempo marcados por la imaginería tenebrosa de la narrativa futurista o de las películas al estilo de Matrix. El control de los ciudadanos por medios electrónicos, la manipulación genética, el mestizaje total de la sociedad, la vida como un espectáculo mediático o el poder político usurpado por un implacable Partido único son signos bajo los cuales el autor revela las preocupantes circunstancias de los tiempos actuales.
En esa realidad deshumanizada, De la Huerga desarrolla dos líneas argumentales. Una tiene que ver con una sublevación popular contra la dictadura. Otra, con la destrucción del David, la estatua de Miguel Angel, y con la aniquilación de un personaje físicamente perfecto llamado también como la famosa escultura renacentista. Si la primera línea apunta a una literatura de denuncia política, la otra plantea un debate sobre la ambigöedad ética que encierra la belleza. El autor suelda ambas tramas en la acción novelesca, pero la historia en conjunto resulta forzada. Por ello, es mejor la intención que la inspira que los resultados. Si no lograda del todo, sí que es una novela apreciable por varios conceptos: por el cuidado con que el autor planifica y escribe (aunque se le escapan un "desandaron" y alguna otra irregularidad) y por su empeño en dar a su obra un serio alcance entre social y metafísico.