Un sultán en Palermo
Tariq Ali
22 junio, 2006 02:00Tariq Ali
Tariq Alí ha escogido la historia de Palermo para interpretar los inicios de un siglo marcado por la intolerancia. Mientras prosperan los fundamentalismos religiosos y políticos, aún es posible mirar hacia atrás y descubrir que ciudades como Palermo o Toledo consiguieron un modelo de convivencia, donde las diferencias culturales no fomentaron los antagonismos, sino la creatividad y el ingenio. Durante la dominación musulmana, Palermo se convirtió en una de las ciudades más hermosas del Mediterráneo. Sus baños públicos y sus trescientas mezquitas, sus jardines y sus patios, sus amplias calles y sus plazas, acogieron a griegos, latinos, lombardos, judíos, árabes, bereberes, persas y negros. Cuarta novela del Quinteto del Islam, Un sultán en Palermo se sitúa en los años de la dominación normanda, escogiendo como protagonista al cartógrafo Muhammad al-Idrisi.La condescendencia del sultán Ruyari hacia la cultura árabe no logra frenar la hostilidad de los obispos cristianos. La Puerta de Oriente sucumbiría a la influencia del cristianismo, perdiendo ese sincretismo que había posibilitado el crecimiento de las ciencias y las artes. Tariq Alí se revela como un excelente narrador y como un perspicaz conocedor de la naturaleza humana. Desde el principio, nos advierte que los fanáticos religiosos "temen más al conocimiento que a la muerte". La amistad entre el sultán y el cartógrafo surge de una común benevolencia y de un sincero afán por dilatar su saber sobre el hombre y el cosmos. El sultán y rey normando vive sus últimas horas. La proximidad de la muerte le impulsa a interrogarse sobre su propia religión y sobre los dogmas teológicos del Islam. Tariq Alí muestra hábilmente las imperfecciones de una y otra fe, sin dejar de insinuar que el anhelo de trascendencia está fuertemente enraizado en el corazón de cada hombre.
La matanza que lidera el barón de Mesina sólo anuncia el declive de una ciudad arruinada por la intransigencia religiosa. Es indudable que Tariq Alí ha escrito su novela con los ojos en la actualidad. La época islámica de Palermo representa la posibilidad de un concepto no excluyente de civilización. Es el Palermo que inspiró La siciliana, un relato de Boccaccio ambientado en el refinamiento de una cultura, donde el hamman o baño público constituye un espacio de encuentro para el amor, la amistad o el conocimiento.
Con una prosa elegante y eficaz, Tariq Alí muestra su nostalgia por un pasado que permitía el sincretismo cultural, la coexistencia pacífica y la integración de lo humano y lo divino. Las pasiones tardías de Idrisi revelan que el deseo perdura incluso en la vejez. La violencia de los Papas y reyes cristianos extinguirá la presencia musulmana. Algunos supervivientes huirán hacia Palestina. Siglos más tarde, la intolerancia sigue cobrándose sus víctimas.