Image: Lo verdadero es un momento de lo falso

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Novela

Lo verdadero es un momento de lo falso

lucía etxebarria

12 marzo, 2010 01:00

Lucía Etxebarria. Foto: Begoña Rivas

Suma. 400 pp., 19'90 e.


La obra narrativa de Lucía Etxebarria (Valencia, 1966) forma parte de un proyecto unitario que busca dar un testimonio social ácido de ciertas formas de vida actuales. En la misma onda sigue Lo verdadero es un momento de lo falso. El centro de la novela es el cantante veinteañero Pumuky, cuya muerte violenta podría ser un suicidio o un asesinato. A partir de este interrogante, la autora monta un relato perspectivista donde se cruzan noticias sobre el protagonista procedentes de un amplio número de gentes próximas a él: los otros dos miembros de Sex & Love Addicts -nombre más que revelador de su grupo musical-, familiares, allegados o conocidos de los tres músicos y profesionales del espectáculo y la cultura. Pasajes en tercera persona de un narrador omnisciente y declaraciones en primera de los personajes proporcionan abundantes datos tanto del fallecido como de su entorno. Aunque Pumuky posea una personalidad compleja, ostenta un valor representativo de vidas modernas marcadas por la desorientación existencial. Los otros personajes encarnan también varios tipos de la hora presente.

En conjunto, la novela presenta el retrato negativo de un grupo de clase media formado por gente acomodada, profesionales y artistas. Sexo, promiscuidad, drogas, turbias relaciones de pareja, chanchullos empresariales, falsedades del mundo artístico, literario y mediático ofrecen una estampa coral muy negativa marcada por el egoísmo, la infidelidad y la soledad; en suma, un mundo sumido en el oportunismo, la deslealtad y la mentira.

A esta cualidad engañosa de la realidad responde el título, tomado de una afirmación del cabecilla del movimiento situacionista Guy Debord, según indica el propio texto. Entraría, así, en el propósito de Etxebarria hacer un relato de pretensiones intelectuales y de intención medio política. Sin embargo, si era esa su voluntad, se queda muy lejos de lograrla. La culpa la tienen la precariedad y pobreza de un estilo funcional descuidado, la abundancia de tópicos, los personajes esquemáticos, algún error y caer en la mala literatura (la chica "se abrió dulcemente para él, plena de néctar como una flor nocturna", se dice sin ironía alguna). Por desgracia, la historia no logra trascender el simple costumbrismo crítico.