Desde su voz se narra la mayor parte de una peripecia que se va alternando con los diálogos de su hija adolescente, informes policiales y criminológicos o una aséptica y distanciada tercera persona que objetiva el relato. Muy convincente figura la de esta lacónica hija aislada, Lali, con su dureza aprendida y su visión clara de la comedia que ejecutan sus padres: "Son dos caretas. Duermen juntos y todo", le confiesa por teléfono a su única amiga. Las conversaciones de estas adolescentes y las que la chica entabla con el hombre de la estación de autobuses, muestran el talento de Piñeiro para reproducir diálogos naturales, plagados de hermosos coloquialismos bonaerenses. Encubrir, ocultar, son los verbos que se conjugan en esta trama trepidante donde todos acaban siendo lobos para todos. Notable la distribución de sorpresas eficaces, en un texto que sabe jugar a que casi nada sea lo que parece y que transcurre en paralelo de la investigación del asesinato del lago de Palermo. A la buena y cuidada escritura se le suma la agilidad en la alternancia de escenas, el inteligente manejo del humor negro, la ironía, el misterio... y, como en sus otras obras, el hallazgo de una historia que, sabiendo mostrar y hasta desenmascarar, añade a los méritos literarios un alto valor sociológico.
Tuya
claudia piñeiro
11 febrero, 2011 01:00Desde su voz se narra la mayor parte de una peripecia que se va alternando con los diálogos de su hija adolescente, informes policiales y criminológicos o una aséptica y distanciada tercera persona que objetiva el relato. Muy convincente figura la de esta lacónica hija aislada, Lali, con su dureza aprendida y su visión clara de la comedia que ejecutan sus padres: "Son dos caretas. Duermen juntos y todo", le confiesa por teléfono a su única amiga. Las conversaciones de estas adolescentes y las que la chica entabla con el hombre de la estación de autobuses, muestran el talento de Piñeiro para reproducir diálogos naturales, plagados de hermosos coloquialismos bonaerenses. Encubrir, ocultar, son los verbos que se conjugan en esta trama trepidante donde todos acaban siendo lobos para todos. Notable la distribución de sorpresas eficaces, en un texto que sabe jugar a que casi nada sea lo que parece y que transcurre en paralelo de la investigación del asesinato del lago de Palermo. A la buena y cuidada escritura se le suma la agilidad en la alternancia de escenas, el inteligente manejo del humor negro, la ironía, el misterio... y, como en sus otras obras, el hallazgo de una historia que, sabiendo mostrar y hasta desenmascarar, añade a los méritos literarios un alto valor sociológico.