La novela es la historia de Denza, una joven y bella muchacha de provincias en edad de casarse. Su prima le comenta que un tal Mazzucchetti la ha mirado sin cesar y ya, antes de conocerlo, Denza se pasará el día soñando con ese muchacho adinerado pero obeso y parco en palabras. Denza decide esperarlo año tras año, más enamorada de una idea efímera del amor que de un ser real. Las descripciones de los personajes son asombrosas. Desde la hermana bajita y fea, al padre viudo resignado por el bien de sus dos hijas a casarse con la solterona del pueblo, convertida en la seca y franca madrastra que no le importa herir a nadie mientras uno sea sincero, poco amiga de las celebraciones y de la coquetería. Sin un ápice de dramatismo, la autora da una imagen nítida de lo que significaba ser mujer en el siglo XIX.
Un matrimonio de provincias es una novela decimonónica, en efecto, pero está escrita con una carga de humor que consigue dar una imagen burlesca del amor romántico. Algo admirable para la época. Su estilo no puede ser más rápido, enérgico y actual. Novela muy divertida, de final sorprendente que la narradora resuelve con éxito en pocas páginas. En él, prevalece la parte práctica frente a la búsqueda incesante del ser soñado.