Melania Mazzucco. Por Lapizia

Traducción de Xavier González. Anagrama. 512 pp., 24'50 e.



Cada vez que Melania Mazzucco (nacida en Roma en 1966) publica una obra, se convierte en un acontecimiento. Sus obras poderosas, densas, inteligentes, son absolutas tanto cultural como narrativamente. Mazzucco basa sus novelas en una investigación profunda que transmite de forma literaria con una espléndida voz narrativa. Es una de las mejores escritoras italianas de hoy en día, desde su primera novela Vita (premio Strega), pasando por Ella tan amada, (2006, premio Napoli y premio Vitttorini), en la que narraba la vida de la escritora A Schwarzenbach y Un día perfecto (2008). Mazzucco sabe transmitir emoción e historia, conocimiento y ficción con la misma maestría. Ahora publica en España La Larga espera del ángel, en la que se sumerge en la vida de Jacomo Robusti, El Tintoretto.



La novela se divide en quince capítulos. Cada uno representa un día de los últimos quince del artista. Narrador en primera persona, Tintoretto va contando, cada día más enfermo, su vida, desde que empezó su carrera como pintor, hasta la realización de sus obras más emblemáticas. La novela describe con detalle el auge tardío del artista y la pesada sombra de Tiziano. Al utilizar la voz de Tintoretto será la primera vez que escuchemos, de forma tan verosímil, los pensamientos del artista y que se nos exponga la visión de un genio desde su propia perspectiva. En eso, la novela es magistral. Además descubrimos uno de los aspectos menos conocidos del genial pintor, su ambigua relación con Marietta, su ilegítima hija considerada durante muchos años invención del propio pintor. Marietta fue una mujer fascinante, también pintora de gran talento y conocida por el nombre de Tintoretta. Para la redacción de La larga espera del ángel, Mazzucco ha estado una década investigando sobre el pintor veneciano del que se conservan más de 600 cuadros. Cuenta que fue al entrar en la iglesia veneciana de la Madonna dell'Orto y ver el cuadro Presentación de la Virgen en el Templo, cuando decidió escribir sobre Tintoretto. Esa escena se recoge en la novela, en el primer capítulo, adentrando al lector desde sus primeras páginas en la obra del pintor y su proscrita relación con su hija. Mazzucco ha sabido transmitir la época histórica y el paso que se vivió del Renacimiento al Barroco. Describe con todo tipo de detalles la sociedad veneciana del momento, recrea el mundo de Tintoretto, sus relaciones con los nobles que le encargaban sus obras, su forma de hablar, su taller, en definitiva su vida diaria, como un verdadero cuadro en el que no se le escapa ni una sola pincelada.