Quien antes haya leído a Womack -ha podido hacerlo en antologías como Akelarre. Antología del cuento de terror (Salto de Página, 2010) o Antología de los corazones sucios (Baladí, 2010)- ya sabe que la marca de la casa es un hilo conductor sutil, apenas narrativo, cargado de imágenes poéticas. Leer a Womack es una experiencia sensorial. Sus textos son de una belleza deslumbrante. Sus personajes, protagonistas de tragedia que nos conturbarán. Esta ¿novela? cuenta una historia de viajes y desolaciones. Mujeres solas "como islas" enfrentadas al mundo, que buscan su lugar en él, aunque a veces lo detesten.
Memoria de la nieve
Marian Womack
15 abril, 2011 02:00Quien antes haya leído a Womack -ha podido hacerlo en antologías como Akelarre. Antología del cuento de terror (Salto de Página, 2010) o Antología de los corazones sucios (Baladí, 2010)- ya sabe que la marca de la casa es un hilo conductor sutil, apenas narrativo, cargado de imágenes poéticas. Leer a Womack es una experiencia sensorial. Sus textos son de una belleza deslumbrante. Sus personajes, protagonistas de tragedia que nos conturbarán. Esta ¿novela? cuenta una historia de viajes y desolaciones. Mujeres solas "como islas" enfrentadas al mundo, que buscan su lugar en él, aunque a veces lo detesten.