Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama. Barcelona, 2012. 232 pp., 17'90 e. Ebook: 13'99 e.

La vida se había mostrado generosa con Philippe Pozzo Di Borgo hasta 1993. De familia aristocrática, atractivo, felizmente casado y hombre de éxito en el mundo de los negocios, sólo había conocido la frustración de no ser padre biológico, a consecuencia de los sucesivos abortos de su esposa Béatrice, pero la adopción de dos niños había resuelto el conflicto. Sin embargo, un accidente de parapente destruirá su apacible rutina, condenándole a convivir con una tetraplejía irreversible. Poco después, Béatrice enfermará de cáncer. Su muerte sólo acentuará la impotencia de un hombre acostumbrado a una existencia, donde el trabajo, la familia y el deporte ocupaban todas las horas. Culto, refinado, tolerante y progresista, Philippe contratará como cuidador a Abdel, un joven senegalés que ha crecido en los suburbios. Camorrista, fanfarrón y con antecedentes penales, Abdel se convertirá en su "demonio de la guardia". Ambos son "intocables". Philippe es un discapacitado y Abdel un paria. Los dos se mueven en los márgenes, suscitando una mezcla de piedad y menosprecio.



Adaptada al cine por Toledano y Olivier Nakache, la historia reúne todos los elementos que garantizaban un previsible éxito: dolor, pérdidas, marginación, afán de superación, hilaridad. Inmovilizado y con un respirador artificial, Philippe no se resigna a ser una víctima. Aunque alguna vez anhela la muerte, prevalece el deseo de vivir. Philippe relata minuciosamente sus penalidades, reconstruyendo su vida desde el principio. Intocables surge de la fusión de dos libros: El nuevo aliento, que se extiende hasta 1998, y El demonio de la guarda, que continúa la historia hasta 2004, cuando Philippe viaja a Marruecos y conoce a Khadija, su segunda esposa y la evidencia de que nada es imposible, si el carácter y la voluntad consiguen neutralizar los impulsos autodestructivos.



En El nuevo aliento se alternan el lirismo, la ironía y la reflexión. Philippe no escatima las servidumbres de la enfermedad (escaras, dolores incomprensibles, estados alucinatorios), pero prefiere demorarse en revivir su infancia, sus años universitarios, con el Mayo del 68 de fondo, su apasionado idilio con Béatrice y la incorporación al mundo financiero. La experiencia de la tetraplejia le revelará que "encontramos al Otro en el fondo de uno mismo, en tu interioridad, en tu misterio". El demonio de la guarda representa un cambio de registro hacia la comedia. Abdel es un canalla, un timador, un matón despiadado, pero cuidará a Philippe, le protegerá, le hará reír y le ayudará a superar los momentos de ofuscación. Aficionado a los coches deportivos, promiscuo, misógino, hortera, insolidario, Abdel también es leal, ingenioso y vitalista. La extraña pareja circulará por las autovías francesas a velocidades de vértigo, emprenderá negocios estrafalarios y se enredará con distintas mujeres en aventuras disparatadas. Intocables no es un simple testimonio, sino una obra literaria de indudable mérito. Su estilo no es meramente funcional, sino poético, preciso e introspectivo. El infortunio reunirá a Philippe y Abdel, pero su encuentro no acentuará su dolor, sino la esperanza, la risa y la fraternidad. Su peripecia es un poderoso argumento a favor del ser humano, que nos ayuda a olvidar sus dolorosas imperfecciones y a renovar nuestro compromiso con la vida.