Joyce Carol Oates. Foto: Antonio Moreno
Carol Oates es una firme candidata al Nobel, con una extensa obra narrativa. Su prosa es dura, lírica e incisiva, con ecos de Faulkner, Lewis Carroll y Henry James. Hermana mía, mi amor es una obra demoledora que aborda las pasiones más turbias del ser humano. Joyce nunca ha retrocedido ante los temas escabrosos: violación, incesto, adulterio. Aunque advierte en una nota preliminar que Bliss Rampike no es JonBenet, Hermana mía, mi Amor pertenece al mismo género que A sangre fría. Ambos textos son "Non-fiction novel" que reproducen meticulosamente un asesinato, combinando periodismo y literatura testimonial. En el caso de Carol Oates, se añaden innovaciones formales que no disimulan su deuda con el Ulises y el Tristam Shandy: espacios en blanco, fundidos en negro, tachones, aberraciones sintácticas.
Bliss Rampike crece con un padre arrogante (Bruce), una madre neurótica (Betsey) y un hermano débil y sin autoestima (Skyler). Bruce es un próspero ejecutivo que apenas disfraza sus prejuicios raciales y su desprecio por el fracaso. Atractivo, infiel, narcisista y autocomplaciente, contempla a su mujer con una mezcla de cariño y desdén. Betsey añora la belleza de su juventud, que le permitió soñar con el éxito como modelo o patinadora. Skyler es su hombrecito y confidente. Es el compañero que reemplaza al marido ausente y promiscuo. Por el contrario, la pequeña Bliss sólo es un incordio, que exige una atención inmerecida. Betsey es una mujer cruel y manipuladora que destruye a sus hijos. Su antipatía hacia Bliss se transforma en devoción histérica cuando aparece el éxito, pero en seguida surgen los celos y el resentimiento. No soporta que su hija florezca mientras su cuerpo se deforma a consecuencia de la edad. Skyler sobrevive a su hermana, pero convertido en un inadaptado. Aunque a los diez años del crimen aparece un pedófilo que se autoinculpa, las pruebas de ADN demostrarán que miente.
Bliss, la adorable Miss Princesita del Hielo de New Jersey, se caracteriza por el mismo desamparo que Marilyn Monroe. Al igual que ella, sobrevive a duras penas en un entorno que elogia su belleza, sin mostrar ningún interés por sus necesidades afectivas. No es una analogía gratuita. Oates se interna en el mundo interior de Norma Jeane con Blonde (2000), una biografía novelada que corrobora el carácter enfermizo de una sociedad aficionada a crear mitos y destruirlos minuciosamente. Hermana mía, mi amor no es una novela morbosa ni sensacionalista, sino un admirable ejercicio de rigor narrativo que se adentra en la compleja trama de un familia disfuncional y patológica, donde los afectos están distorsionados por unos valores colectivos deplorables. Oates justifica el tema de su novela con una cita: "la muerte de un niña es el tema más poético del mundo". Si alguien se escandaliza con esta frase, convendría recordarle que la materia de la poesía no es la virtud, sino el espanto.