El principio y el final de la novela se enlazan, pero este trazado circular se ocupa con una cuarentena de breves unidades narrativas que sustituyen a los clásicos capítulos y por las cuales desfilan una serie de anécdotas bastante dispersas y presentadas de modo discontinuo mediante la alternancia no sistemática de voces narrativas en primera y tercera persona. De todo ello se desprende algo parecido a una trama argumental en la que un investigador privado (tampoco se respetan las rutinas del género detectivesco) y otras gentes tratan de localizar a un empresario, Bruno Gowan, que ha abandonado su trabajo. Mientras, Gowan apadrina y alecciona al saharaui Nabil, un "descastado, menos que un proletario".
A esta trama anecdótica se llega con bastante esfuerzo -excesivo, y es el serio reparo que merece el libro- porque Moreno no persigue contar un argumento tradicional sino centrarse en un análisis de los determinantes capitales de la vida moderna, que localiza en el dinero, la especulación financiera y las condiciones del trabajo. Resultado de sus caústicas invectivas, tenemos unos seres humanos alienados y en manos de una terrible oligarquía. 2020 es una valiente novela social de corte vanguardista. Es la primera obra que conozco de Moreno y tomo buena nota de su nombre para seguirle porque lo merece por esta comprometida, original y muy interesante fábula de nuestras desdichas materiales en la que el autor se implica con su propio nombre.