Care Santos. Foto: Iñaki Andrés
También hay un sentido canto de amor a los libros y a la ciudad de Barcelona, donde transcurre la mayor parte de los episodios contados en esta novela poblada de voces que se van entretejiendo en un complejo relato coral que acaba dando cuenta de la creación de la novela misma por la narradora principal. Su título procede de un verso de Carolina Coronado, citado en uno de los antetextos, quien aparece como personaje de la novela en algunas ocasiones. La historia narrada comienza con la muerte de un prestigioso librero. A su entierro acude la narradora principal, amiga de su hija, Virginia, quien nunca había querido seguir los pasos de su padre en la librería, pero que ahora se hace cargo del negocio y entrega a la narradora unos papeles que el padre había dejado clasificados.
A partir de este presente narrativo situado en el siglo XXI la narradora comienza a recomponer una complicada historia que se extiende por la primera mitad del XIX, desde la invasión de Cataluña por las tropas de Napoleón hasta más allá de la mitad del siglo, con la demolición de las murallas de Barcelona y su apertura a los nuevos tiempos. La autora acude a fuentes de muy varia naturaleza, desde textos legales (bandos, edictos, artículos del Código Penal) hasta varias entradas de un "Diccionario de excéntricos y egocéntricos en la Barcelona de antaño" y de "Valientes, aventureros y heterodoxos que merecen ser recordados", pasando por los documentos clasificados en los papeles del librero Rogés, cartas manuscritas cruzadas entre personajes, memorias de una monja dominica, entre otros documentos aportados unos para garantizar la veracidad histórica de lo que se está contando y para intensificar el suspense de una intriga que progresivamente va abriendo nuevas puertas de interés. De todos estos documentos se vale la narradora principal para componer su novela, que acaba entregando a su amiga Virginia junto con el regalo del libro más buscado desde el robo de una codiciada colección de literatura erótica en Mataró durante la ocupación francesa. La hija de aquel admirado bibliófilo es el personaje que vertebra la narración, desde su esmerada educación y crecimiento entre las selectas amistades de su padre, su desgraciado matrimonio con un hombre cruel encumbrado entre las autoridades de Barcelona, su reclusión en un convento acusada de adulterio y su milagrosa salvación en la noche de la quema de conventos en 1835, hasta su venganza final.
De todo hay en esta novela de abigarrada historia, la más ambiciosa de Care Santos por el empeño de contar las transformaciones de la ciudad de Barcelona en años convulsos del XIX en una intriga de libros prohibidos, coleccionados, robados y buscados por bibliófilos, bibliómanos y aun bibliópatas.