Alan Pauls. Antonio Heredia
La anécdota es un accidente de helicóptero (¿fortuito, o provocado?) en el que fallece un importante empresario de la siderurgia sin que los buceadores lleguen a encontrar su maletín con una importante suma de dinero. El niño y adolescente que registra los acontecimientos y toma la voz en la novela, trasciende pronto ese chocante misterio, acontecido en tiempos de lucha sindical y pre-golpe militar, para guiarnos por vericuetos habitados por fantasmas, obsesiones, problemas familiares y separaciones matrimoniales, pero sobre todo levanta un homenaje a una figura paterna tan imposible como admirada: un irredento adicto al juego, tocado por la elegancia de un dandy, pero, sobre todo, con una afinada capacidad para el cálculo y la medida, su verdadero don. Sólo el magistral pasaje/retrato conjunto del padre y del hijo, en ese viaje en taxi de 103 kms, justificarían ya la lectura de este libro.
El trato con el dinero es sólo el poderoso trasfondo para una hermosa y trágica peripecia novelada. Pauls, desde ese hijo perceptivo e imaginativo, envuelve y gana al lector con su prosa firme, aderezada del toque cínico de quien ha librado ya muchas batallas en el mundo y en la literatura, con un texto sólido y trabado, que deslumbra por su capacidad de observación. Secretos familiares, herencias, devaluaciones monetarias, deudas por pagar, golpes de fortuna y bancarrotas, prefiguraciones y auspicios del horror militar y policial que pronto llegaría... son sólo el tablero de juego en el que se nos habla del poder del dinero para crear, devorar o cicatrizar, pero también de asuntos tan serios como el fracaso de los proyectos amorosos, la pérdida de un padre (qué poderosa y larga evocación) o la decadencia y trastorno de una madre que, por cierto, enferma o declina en su belleza al hilo de las sucesivas debacles inflacionarias del mundo y del alma.