Traducción de Pablo Moreno. Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores. 2013. 679 pp. 27,90 e.



Mario Levi nació en Estambul en 1957. Descendiente de judíos españoles expulsados hacia el Imperio Otomano en el siglo XV, Mario Levi conserva nuestro idioma a través del ladino que su abuela le enseñó de pequeño. En la visita que hizo a Madrid este año, confesó que, para él, el español no era una segunda lengua sino una de sus lenguas maternas, junto al francés, el turco y el hebreo. Considerado uno de los grandes escritores turcos de hoy, Mario Levi saltó a la fama tras su primer libro de relatos Bir Sehre Gidememek (No se puede ir a la ciudad) que recibió el premio Haldun Taner en 1990. La crítica internacional considera que Estambul era un cuento, su noveno libro y el primero traducido al español, es su obra maestra.



Escrita en 1999, Estambul era un cuento es un especie de novela-río que recorre la vida de la familia judía Ventura en Estambul, a través de tres generaciones. Empieza al final de la Primera Guerra Mundial y llega hasta los conflictivos años 80, tras el golpe militar en Turquía. El narrador recoge las memorias familiares mediante los relatos, las historias, los encuentros y confesiones que le llegan de los más de cuarenta personajes que se asoman en estas páginas. De todo lo que le cuentan, el narrador crea sus hipótesis, desvela sus pensamientos y configura unos hechos que fueron o que pudieron ser, y que como el mismo dice son "posibilidades que valen todas o ninguna".



El narrador, verdadero protagonista del libro, rompe la cronología para seguir el hilo de su pensamiento que, más que trascribir los recuerdos familiares, recorre un solo camino, el que le permitirá descubrirse a sí mismo y acceder a su propia identidad. Por eso, las historias de estos personajes, de Madame Estreya, de Olga, de Madame Roza y sus cuentos de hadas, de Mimiko y sus canicas a quien al quitárselas un día le quitaron su alma, del señor Schwartz que quiso cambiar de identidad, de la tía Tilda y de Nesim, hermano del abuelo del narrador, solo cuentan una historia, la del narrador.



Estambul era un cuento es una novela moderna que no se parece a ninguno de los libros que se escriben hoy en día y a la vez podría contenerlos todos. Como los personajes que el narrador considera "actores de su propia historia", y que tan solo existen a través de la escritura ciertamente proustiana de Mario Levi. Nace de estas historias una nostalgia inalcanzable que tiene olores extranjeros, sabores de otro tiempo y costumbres olvidadas.