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Novela

14

Jean Echenoz

18 octubre, 2013 02:00

Jean Echenoz

Traducción de Javier Albiñana. Anagrama. 98 pp. 19'90 euros

Desde el principio, Jean Echenoz (Orange, 1947) lo tenía claro: escribir una novela sobre la Primera Guerra Mundial, breve, sin datos históricos ni dramatismo. Con una sola cifra, 14, nadie tiene duda de qué guerra está hablando Echenoz. Con 14, emprende un nuevo camino, a partir de imágenes y documentos. Mientras la novela actual tiende al análisis de los diferentes puntos de vista y la extensión en las descripciones, para ofrecer una realidad que se nos escapa, Echenoz vuela, una vez más, contracorriente.

Echenoz describe el paisaje de guerra de hace un siglo, a partir de unas imágenes, documentos y fotografías en blanco y negro, que un narrador actual observa desde la distancia. Se acabaron los grandes genios como los personajes de sus tres biografías anteriores, Ravel en Al piano, Zatopek en Correr y Tesla en Relámpagos, en las que los datos históricos desparecían ante momentos 'estelares'. En 14, a pesar de los nombres arcaicos que elige Echenoz para sus personajes, cinco muchachos que padecen las miserias de la Gran Guerra son difíciles de identificar. Charles, Anthime, Padioleau, Bossis, Arcenel son intercambiables y resultan arquetipos de esos jóvenes que murieron en la guerra o acabaron con su vida mutilada.

Una mínima historia de amor recorre las páginas de esta breve 'nouvelle', que nos llega como sucesión de espasmos. Blanche, del brazo de Charles el día de su marcha, mira también a Anthime, el hermano de su enamorado. Este hilo conductor amoroso acabará siendo la única esperanza para volver con vida de esta guerra descrita sin sentido. Marchas infinitas que van desgastando los zapatos y la juventud de estos chicos que ni saben por qué luchan. Noches en casas abandonadas. Trincheras. Piojos. Ratas. Vómitos. Enfermedades. Suciedad. El malestar irá en aumento, mientras los luchadores desean morir antes que vivir el infierno. El estilo de Echenoz, tan desprovisto de sentimentalismo, tan alejado de la hipérbole, nos arranca la fotografía de la vista. ¡Sobre todo que el lector no tenga lástima!, es lo que busca este escritor. La brevedad ayuda. Menos de cien páginas para narrar cuatro años de guerra.

A mitad de novela, una bala atraviesa el cerebro de uno de los muchachos cuando pilota un avión. Pero la narración no se detiene en ese momento álgido y sonoro. El escritor termina su frase con la dulce descripción del pueblo que verá incendiarse el aparato, con los dos muchachos dentro.

Echenoz posa su mirada posmoderna sobre la Gran Guerra, y sigue a estos muchachos, que ni siquiera llegan a ser personajes de novela. Recorren paisajes que hoy en día albergan pueblos, se suben a los primeros aviones que nuestros ojos comparan con 'mosquitos'. Con 14, Echenoz orienta su mundo creativo hacia un nuevo objetivo, la imagen de la historia vista con la fría mirada de un narrador actual, hacia la destrucción-creación de un nuevo género, el histórico.