Un estudiante de catorce años se ha fijado en el libro y me ha preguntado de qué va. La respuesta no es fácil, al menos si aspiro a complacer el tipo de curiosidad que la reclama. Aún así, he intentado explicárselo, y he acabado hablando de mí. No quiero ser arbitrario: NW London, la nueva novela de Zadie Smith (Londres, 1975), apela desde su mismo título a una realidad muy concreta y localizable: el noroeste de su ciudad natal. Y más concretamente, al barrio jamaicano, negro, heterogéneo, que ya conocíamos por Dientes blancos; un barrio atravesado por zorros, con sus bloques y sus yonquis como elementos más llamativos, aunque no únicos.
Por lo tanto, no puedo decir razonablemente que esta novela aluda a mi propia experiencia. Y sin embargo, la cercanía generacional me ha llevado a hablar de mí cuando he intentado que un adolescente entienda NW London. O tal vez se haya debido a que entre mi interlocutor y yo media el mismo arco de edad que entre el pasado y el presente que Zadie Smith nos permite conocer de sus personajes. O a que Smith habla de las derrotas que constituyen el paso del tiempo y sabe vincularlas a la herencia que uno recibe por el mero hecho de ser uno mismo. En realidad, claro, esa reacción mía tiene que ver con la honestidad de la autora, espoleada por una admirable libertad narrativa.
E insisto: que conste que la prodigiosa Zadie nos sitúa muy claramente en el mapa. Bienvenidos a Willesden. Atiendan a la sonoridad perfectamente anglo de esta cartografía: Kilburn, Albert Road, las torres Caldwell, Brondesbury, Cricklewood. Nombres que parecen requerir, para ser pronunciados, un acento sin trazas de hip hop, rastas o viajes en transporte público. Y sin embargo, precisamente de todo eso está hecho el paisaje recreado.
Hay un personaje de NW London, llamado Felix que en cierto momento se planta frente a un plano del metro, lo examina, y concluye que esa abstracción “no expresaba su realidad”. Felix se pregunta por qué el centro de Londres es Oxford Circus y no Kilburn High Road. Y, ¿quién demonios vive en el muy regio barrio de Pimlico? Son objeciones razonables, y Smith logra lo que se propone: que su libro parezca el verdadero mapa que habitan sus personajes. En comparación, otras muchas novelas que supuestamente retratan ciudades resultan poco más que irreales mapas metropolitanos.
NW London es un estallido narrativo: su estructura libre, nacida de una genuina e inquieta voluntad de contar, no tiene inconveniente en alternar voces, estructuras, aforismos, apelaciones amistosas al lector, hasta algún caligrama. A ratos su lectura me ha hecho pensar en un plano secuencia que sigue caprichosamente a alguien hasta que se cruza con otro, aunque luego acabe recuperando a la primera figura. Sin embargo, esta idea es muy inexacta, porque en realidad el montaje de la novela es atrevido y puede ralentizarse o acelerarse. Pero siempre funciona con naturalidad, con inevitabilidad incluso. Zadie Smith es lo contrario de una narradora pedante.
En la novela, una mujer esta viendo un reality en la tele hasta que, molesta por los saltos continuos de la cámara, exclama: “no permiten que te olvides de la realización ni un momento. ¿Por qué ahora siempre hacen eso?”. Pues tengo una buena noticia: la “realizadora” Smith, pese a estar abonada a la virguería narrativa, tiene el talento de dejarnos muy a menudo a solas con la historia. Es decir, con mujeres y hombres que se cogen por las muñecas, que se agarran por desesperación o por cálculo (a menudo, una forma particularmente extrema de desesperación), que basan sus relaciones infantiles en verbos pero las adultas en sustantivos. Por cierto, NW London contiene una de las escenas de abandono entre amantes más absorbentes y tristes que he leído en bastante tiempo.
Mujeres que no quieren ser madre, o que no quieren ser quienes son. Máscaras. La paradoja de creer en E. M. Foster cuando tu vida es The wire. El amor y el sexo: “sé quién eres, bollera”, adultos mirando adultos. Internet y diálogos en chat. La profesión como solución, el matrimonio, trepar socialmente y sentirse culpable. La esposa negra de un banquero. Como ven, y disculpen, el cuerpo le pide a uno reseñar NW London, tirando de collage, para intentar que entre todo. Por supuesto, aquí no cabe todo. Pero en el libro sí, incluso un lector como yo. Zadie Smith ha escrito una gran novela.