Image: Limbo

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Novela

Limbo

Agustín Fernández Mallo

14 marzo, 2014 01:00

Agustín Fernández Mallo

Alfaguara. Madrid, 2014. 224 pp., 17'50 euros

La narrativa de Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) viene marcada por la voluntad rupturista de aportar nuevos códigos que modernicen la novela clásica. A este propósito responde el ciclo "Nocilla", aunque no tanto por espíritu subversivo vanguardista como por la intención de proponer su adecuado anclaje en lo contemporáneo. Este planteamiento reflexivo y práctico produjo una modesta agitación literaria y, pasada la efímera y artificiosa tormenta, es hora de evaluar en frío la consistencia y efectividad de un presunto movimiento colectivo.

Limbo incita a hacer ese balance. Su arranque y algunos trechos de ella parecen indicar un cambio notable. Como si hubiera templado su radicalismo inicial sin renunciar a postulados básicos. Lo hacen pensar varios rasgos inusuales en el autor: el gusto por contar visible en la historia de la chica secuestrada que abre el libro, la considerable densidad emocional de diversos pasajes y un cierto componente de intriga. Son solo cambios externos -beneficiosos, a mi parecer- de una obra que reafirma los principios seminales y lleva quizás al extremo la intención de ofertar una visión diferente del mundo desde la literatura. Lo cual se refleja en la peculiar estructura de la obra.

Limbo refiere tres historias distintas. Una, la señalada del extraño cautiverio en México. La segunda, un largo viaje por Estados Unidos de una mujer (¿tal vez la misma?) y su pareja a la búsqueda del Sonido del Fin. Y una más que refiere el encierro de dos músicos en un castillo francés para componer sus canciones. Antes vienen unas páginas ensayísticas sobre el físico Heisenberg y el Principio de Incertidumbre. Y al final se reproducen un puñado de artículos de prensa (¿apócrifos?) sin ninguna relación con los relatos. En el medio, en fin, se interpolan digresiones ensayísticas, varias sobre el realismo y la consistencia de la realidad, asunto medular del libro.

Estos dispersos materiales se traman en una serie de relaciones aleatorias que forman una red de vínculos y desembocan en la idea propuesta por el título: el concepto limbo acoge el difuso estado entre la realidad y la irrealidad que constituye la, diríamos, vida real. Fernández Mallo se formula la pregunta ¿qué es la realidad real? y la responde más con inquietantes sugerencias que con afirmaciones categóricas; con intuiciones más poéticas que narrativas y con propuestas analíticas. A tal fin despliega conjeturas acerca del original y la copia y sobre las metamorfosis que marcan a las personas. También aborda la construcción de la identidad, no como asunto metafísico sino como experiencia individual forjada en el contacto con el mundo.

El resultado final es una turbadora visión de la vida. El autor afronta una materia humana bien sensible: la soledad, la pareja, el miedo o la muerte. Tal sustancia se muestra bastante cosificada y al albur de determinantes ajenos y resulta casi incomprensible porque los personajes ni siquiera tienen el control de sus impulsos y mudanzas. Además, la realidad abunda en paradojas y misterios. Semejante absurdo existencial no es nuevo, pero sí le aporta Fernández Mallo una perspectiva inédita. Consiste en un crudo materialismo sazonado con humor y con atractivas, agudas e inteligentes observaciones.

La mezcla de ensayismo, punto de vista determinado por las ciencias y tensión lírica de Limbo requiere considerable esfuerzo de lectura. Pero merece la pena asomarse sin prejuicios a la apuesta de Fernández Mallo. Aunque de resultado poco fecundo, es notable su empeño para que el género novelesco deje de sestear en la rutina y se ponga a la altura de los tiempos.