Taiye Selasi
Taiye Selasi nació en Londres y se graduó en Yale. De padre ghanés y madre nigeriana, ha debutado con Lejos de Ghana, una novela que ha despertado los elogios de Toni Morrison y Salman Rushdie. La obra relata la historia de Kweku Sai, un cirujano ghanés que adquiere prestigio y reconocimiento en Estados Unidos. Casado y con cuatro hijos, su mundo se derrumba cuando le responsabilizan de la muerte de un paciente en el quirofano. Desengañado y con la necesidad de recuperar sus raíces, abandona a su mujer y a sus hijos para regresar a Accra, donde construye una pequeña utopía: una casa y una nueva familia. Su inesperada muerte reúne a todos los que han formado parte de su existencia, revelando el rastro de dolor, pasión y perplejidad que ha sembrado en sus casi sesenta años de vida.Taiye Selasi ha acuñado un concepto nuevo para definir el encuentro entre la identidad africana y la occidental: "afropolitismo". Selasi repudia el término negro y prefiere hablar de "personas de piel marrón". El lenguaje no es neutral. Por eso, hay que refutarlo, reformarlo o demolerlo. Lejos de Ghana intenta reflejar ese mestizaje cultural que relativiza la noción de raza y obliga a contemplar a los pueblos desde una perspectiva más amplia. La novela posee cualidades, pero también grandes limitaciones. Entre sus cualidades, hay que destacar su fluidez narrativa, su estructura y su indudable amenidad. Entre sus limitaciones, cabe mencionar su empleo de una fórmula estereotipada y escasamente original. Nunca he sentido mucho aprecio por la obra de Rushdie, sobrevalorado por su condición de víctima del fundamentalismo islámico. Rushdie pertenece a la generación de escritores que adaptaron el caudal narrativo de García Márquez a su propia realidad cultural, logrando articular relatos de grandes sagas familiares. Selasi ha introducido modificaciones en esta fórmula. Se aprecian sus referencias urbanas y la influencia de la novela anglosajona, pero es imposible terminar la obra sin la impresión de haber transitado por un producto manufacturado, con un descarado anhelo de éxito comercial y poca valentía para ahondar en la tragedia de África.
La televisiva Selasi recurre a un Macguffin para empujar la novela. El protagonista muere cuando busca sus zapatillas. Ese hecho, aparentemente banal, sirve de hilo de Ariadna para indicar al lector que algo tan trivial como el calzado puede reflejar la diferencia entre dos culturas. Europa y Estados Unidos atribuyen al calzado un papel esencial, pues unos zapatos de diseño italiano o unas simples deportivas expresan la posición social. En cambio, el africano, que en muchos casos opta por la desnudez, entiende que el contacto entre la piel y la tierra preserva una armonía rota por la civilización industrial. Esa diferencia también se aprecia en el sexo, mucho más intenso e inmediato en África que en Occidente, donde el deseo se somete a ritos y mascaradas. La relación entre los mellizos Taiwo y Kehinde, "dos mitades de un mismo espíritu, demasiado grande para que lo albergara un solo cuerpo", es uno de los logros de Lejos de Ghana, una novela que ha preferido complacer al lector y no arriesgarse con una mirada más sincera y descarnada.