Planeta, 2014. 480 pp., 20'90 e. Ebook: 9'99 e.

No es que sea la fórmula de la alquimia, pero el libro de acción y ventas masivas tiende a conjugar una amalgama de recursos y tonos que, si se engarzan con precisión, consiguen el éxito; en el caso contrario devienen en relatos conspirativos que al lector resultan siempre ajenos. El escritor y periodista Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977) maneja las posibilidades de la intriga y con El Paciente demuestra que las tramas del suspense y el thriller patrio rayan a la altura de la mejor factoría anglosajona.



Gómez-Jurado reconstruye 63 dramáticas horas en la vida de un eminente e idealista neurocirujano norteamericano que, en tal lapso de tiempo, debe o bien destripar un complot psicópata que afecta a la primera democracia del mundo, o bien renunciar al juramento hipocrático si desea recuperar con vida a su hija. Sobre esta disyuntiva angustiosa pero atrayente, el autor teje un relato de infarto en dos voces narrativas entre las que sobresalen las virtudes más encomiables de la novela: la agilidad de la prosa, especialmente en la primera persona de un padre amantísimo y recientemente viudo, el encaje sucesivo de los hechos y el trabajo de investigación del autor sobre lo narrado.



Precisamente es el manejo de la documentación del escritor el logro máximo de la novela; de ahí que el lector pueda sentir las rutinas operativas de un miembro del Servicio Secreto americano o la presión de un cirujano en la mesa de operaciones cuando tiene sedado al presidente. Cierto que la ambientación de la novela en la Costa Este americana pueda desubicar en un primer impacto, pero Hollywood nos ha hecho gozosos cautivos del imaginario de esa ubicación de casa bajas y coches tipo ranchera. Los pasajes de máxima acción, bien resueltos -incluso con humor- en su mayoría, nos transportan a los filmes de Eastwood o al Bullitt de Steve Mcqueen. En cuanto al mérito esférico que se exige a esta literatura, Gómez-Jurado lo alcanza satisfactoriamente en un final redondo.