No es fácil abordar una aventura así, que progresa sobre la experiencia individual y la colectiva, sin detenerse hasta el exceso en pasajes descriptivos, pero representan una objeción leve, pues no lastran el argumento, y este mantiene su pulso abrazado al motivo que lo impulsa: el recuerdo de lo vivido junto a aquella "mujer árbol" (así la llamaban los indios), portadora de una historia atroz. Desarraigo, desencanto y un sentido reproche a este presente falto de rabia, de ideas y de compromiso
El amante de la mujer árbol
Xabier B. Fernández
9 mayo, 2014 02:00No es fácil abordar una aventura así, que progresa sobre la experiencia individual y la colectiva, sin detenerse hasta el exceso en pasajes descriptivos, pero representan una objeción leve, pues no lastran el argumento, y este mantiene su pulso abrazado al motivo que lo impulsa: el recuerdo de lo vivido junto a aquella "mujer árbol" (así la llamaban los indios), portadora de una historia atroz. Desarraigo, desencanto y un sentido reproche a este presente falto de rabia, de ideas y de compromiso