Javier Pérez Andújar. Foto: Antonio Moreno

Tusquets, 2014. 334 páginas, 14 euros. Ebook: 9,99 euros

Javier Pérez Andújar (San Adrián del Besós -Barcelona-, 1965) prosigue con este volumen, mezcla de ficción, crónica e indagación periodística, la reconstrucción del ambiente barcelonés en los años posteriores a la guerra civil. Pero si en su obra anterior (Paseos con mi madre) el interés del autor se centraba en el desarrollo de la periferia urbana como consecuencia de la inmigración, Catalanes todos -reescritura a fondo de un texto aparecido en 2002- posee un carácter acentuadamente humorístico. Con una amplitud cronológica que comprende los años 1936 a 2013, la obra, que tiene como esquema vertebrador las quince visitas que Franco realizó a Cataluña, contempla con pupila despiadada la evolución del comportamiento de una sociedad en principio obsequiosa y servil con el vencedor -como acreditan los fragmentos de los variados textos periodísticos recogidos, que incluyen tanto titulares rimbombantes como "ecos de sociedad"- y más tarde distanciada del régimen para proclamar valores democráticos que nunca antes habían hecho explícitos.



Esta sociedad acomodaticia, despectiva con las oleadas de "charnegos" que la invaden (véase la escena con el alcalde Porcioles en p. 164), llena de apellidos ilustres la evocación de esos años: Sedó, Buxó, Mateu Pla, Samaranch, Díaz-Plaja, Sentmenat, Piqué, Mas-Sardá, Acedo Colunga, Miró-Sans, Muñoz Ramonet, Porcioles, Gual Villalbí y otros muchos nombres van pespunteando los años evocados, desde el fervor falangista y las adhesiones inquebrantables, unidos a la acogida de nazis huidos o a la protección de compañías de variedades como Los Vieneses, hasta la reticencia desarrollada en los años 80 con argumentos disgregadores y con una industria textil que se dedicó a fabricar "metros y metros de banderas catalanas", porque "Patria es una manera épica de llamar a la caja registradora" (pp. 217-218).



Junto a ese tapiz de fondo de los sectores sociales más opulentos, Pérez Andújar desarrolla los retratos de algunos personajes con mayor entidad novelesca, como el excombatiente Juanito Oliva, el tenebroso Salvatierra o Jaime Casellas, cuya devoción franquista llega hasta los extremos más repugnantes. Un buen fresco de aquellos años, pintado con un pincel que comienza siendo humorístico y acaba en el más rotundo escepticismo.



Completa el volumen la obra titulada La dimisión, que es un vodevil dialogado en diez escenas donde se evocan los últimos tiempos de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, cuando toma la decisión de dimitir ante la actitud desleal y la falta de apoyo que muchos de sus propios colaboradores muestran. Aquí, la rapidez vertiginosa del diálogo, que recae sobre todo en Suárez y en Arias Salgado, da paso a una actitud más abiertamente humorística y abundan los juegos de palabras, los chistes y las interpretaciones absurdas de giros que, de todos modos, no ocultan la actitud desencantada y escéptica ante unos políticos que sólo buscan su provecho y la cercanía del poder. De menor calado que Catalanes todos, este vodevil ligero es, sin embargo, un eficaz complemento para descubrir las aristas de unos años recientes que la mayoría de los lectores conservan en su historia personal.