Ayudado por un buen manejo de las intrigas y las necesidades de cada capítulo, el protagonista se ve involucrado en una conspiración que, iniciada como un episodio de contrabando con las Indias, acaba haciendo peligrar la estabilidad de la Corte y la inestable paz con Francia. El autor domeña la cartografía espiritual del Siglo de Oro; consigue, tras Ladrones de tinta y El gabinete de las maravillas, trasmitir tanto el hambre desaforada de poder de los validos como el pálpito general de una época contradictoria.
El reino de los hombres sin amor
Alfredo Mateo-Sagasta
12 septiembre, 2014 02:00Ayudado por un buen manejo de las intrigas y las necesidades de cada capítulo, el protagonista se ve involucrado en una conspiración que, iniciada como un episodio de contrabando con las Indias, acaba haciendo peligrar la estabilidad de la Corte y la inestable paz con Francia. El autor domeña la cartografía espiritual del Siglo de Oro; consigue, tras Ladrones de tinta y El gabinete de las maravillas, trasmitir tanto el hambre desaforada de poder de los validos como el pálpito general de una época contradictoria.