Grijalbo. Barcelona, 2014. 528 páginas, 17'90 euros

Con valentía y una voz rompedora (irónica) en el trazo de un tiempo bien explotado como el siglo XVII español, Alfonso Mateo-Sagasta (Madrid, 1960) presenta la tercera entrega de las desventuras de su Isidoro de Montemayor (antítesis de Alatriste), pícaro y secretario enamorado de la bella condesa de Cameros. El libro reconstruye con socarronería e intrahistorias la doble boda entre Ana de Austria y Luis XIII de Francia e Isabel de Borbón y el Príncipe Felipe en 1615. Este doble enlace, que hay que entenderlo como uno de los desvelos de la monarquía hispánica por favorecer la paz con Francia, fue conocido como el "intercambio de las princesas". Con arreglo a este estratégico acontecimiento matrimonial, la cortes española y francesa se trasladaron a Behovia (Irún) con el bien contado barullo de aristócratas,de arribistas desvelados por acercar su sardina al ascua del entonces rey Felipe III a la sombra del acontecimiento regio.



Ayudado por un buen manejo de las intrigas y las necesidades de cada capítulo, el protagonista se ve involucrado en una conspiración que, iniciada como un episodio de contrabando con las Indias, acaba haciendo peligrar la estabilidad de la Corte y la inestable paz con Francia. El autor domeña la cartografía espiritual del Siglo de Oro; consigue, tras Ladrones de tinta y El gabinete de las maravillas, trasmitir tanto el hambre desaforada de poder de los validos como el pálpito general de una época contradictoria.