Yolanda Regidor

Almuzara. Córdoba, 2014 304 pp., 15'90€ Ebook: 6'99€

Es la huida el símbolo desgastado y predilecto de libertad, de juventud, de agonía. Es en este tipo de relato de emancipación juvenil donde refulge ese héroe encadenado a unos grilletes generacionales: ese arquetipo de joven cautivo, sediento de carretera, de manta y de un crepúsculo infinito al final de la escapada. Quizá porque algunos años después aún le late lo vivido, Yolanda Regidor (Cáceres, 1970) se atreve en Ego y yo a darle la vuelta a todos estos marcos narrativos que nos hablan del tormento de la primera madurez. La historia de un desquiciamiento compartido en la que, por no haber, no hay ni nombres; apenas motes. Una introspección asumida en la definición del otro. La alteridad como espejo.



El argumento es simple: la escapada de dos amigos -uno tocado por una desgracia- que ponen tierra de por medio en viaje de apenas cuatro días. El viaje es contado como una confesión a golpe de vísceras, y ejerce como sostén propicio a certeras digresiones. Regidor da una lección magistral de cómo complicar un relato a través de una excusa clásica. Aunque la suya sea por edad una voz cercana a la generación en la que habitan los personajes, la autora extremeña opta por sostener una lírica descarnada y luminosa que dignifica una literatura poética y vibrante; lamentablemente, de escasa proyección.