Trece campanadas (2002) y Polaroid, en 2013), y ahora, tras un paréntesis de cuatro años, reaparece Sonámbulos, un volumen en el que reúne tres relatos que otorgan unidad a tres realidades autónomas: "Negocios de familia", "Conversando con el agua" e "Insomne". Autonomía argumental, claro está, pues tres son los temas con los que ha tejido el volumen: el tiempo, la memoria y la culpa. Los "sonámbulos" que ilustran las situaciones dramatizan las consecuencias de lo vivido en el pasado, cuando los recuerdos se intentan silenciar en el empeño por fabricar un presente en el que no incomoden. De la rabia frente a ese empeño surge el libro, y de la imposibilidad de negar el pasado se nutren las tres situaciones escenificadas.
La más contundente es la que abre el libro, "Negocios de familia": con la técnica del soliloquio pone en escena tres momentos de una familia. Arranca con el hijo, Alfonso, un reputado psicólogo a cuya consulta acude un hombre -atormentado por el insomnio- que se resiste a identificarse; parece perturbado y viene a traer algo "turbio, duro y frío". El episodio coincide con la muerte del padre, que desata la amargura de la madre y da rienda suelta al relato nunca verbalizado de lo que tanto daño ha causado en la memoria de unos, y en la vida de otros. Lo mejor está en las preguntas que su lectura va generando al margen. Y por último el "insomne": otro anciano, pero este no esconde su odio y sus desdenes. Entre los tres refuerzan la densidad del conjunto y la complejidad contenida en cada vida.
Más de treinta años de compromiso activo con la literatura, el cine y diferentes medios de comunicación, han hecho del escritor gallego Suso de Toro (1956) una de los nombres de referencia en la narrativa de las últimas décadas. Su actividad fue imparable desde el primer título, Cajón de sastre (1983), hasta Siete palabras (2010); dos de sus libros tuvieron la correspondiente adaptación cinematográfica (
La más contundente es la que abre el libro, "Negocios de familia": con la técnica del soliloquio pone en escena tres momentos de una familia. Arranca con el hijo, Alfonso, un reputado psicólogo a cuya consulta acude un hombre -atormentado por el insomnio- que se resiste a identificarse; parece perturbado y viene a traer algo "turbio, duro y frío". El episodio coincide con la muerte del padre, que desata la amargura de la madre y da rienda suelta al relato nunca verbalizado de lo que tanto daño ha causado en la memoria de unos, y en la vida de otros. Lo mejor está en las preguntas que su lectura va generando al margen. Y por último el "insomne": otro anciano, pero este no esconde su odio y sus desdenes. Entre los tres refuerzan la densidad del conjunto y la complejidad contenida en cada vida.