Pearl S. Buck

Traducción de Albert Fuentes. Ediciones B. 291 páginas, 19€

A veces la vida ofrece unos milagros que solo se encuentran en la literatura. Que vuelva Pearl S. Buck (Hillsboro, Virginia Occidental, 1892-1973) a ser noticia literaria, es una de las mayores sorpresas del año. Cuarenta años después de su muerte, una desconocida encuentra en su trastero alquilado en Texas, el manuscrito que estaba escribiendo Pearl S. Buck al fallecer. Y así, gracias a los extraños caminos que elige el destino, podemos leer El eterno asombro, desaparecida durante casi medio siglo.



Todo en la vida de esta genial escritora fue un acontecimiento. Premio Nobel a los 46 años, cuando solo había escrito siete novelas, el galardón fue el mayor impulso que podían haber dado a su carrera literaria. Pearl S. Buck era hija de misioneros y pasó la mitad de su vida en China, de donde extrae la inspiración que nutren sus novelas. Mujer incansable, comprometida -luchó por los derechos de la mujer y los emigrantes asiáticos en Estados Unidos- y empresaria, fue también una madre ejemplar: había tenido de su primer marido una hija enferma y otra adoptada y, con Richard Wash, su segundo compañero, adoptaría otros seis.



El eterno asombro recorre la vida de Randolph Cofax, un niño superdotado. Su padre, profesor, ayuda a encauzar las peculiaridades de este chico, inadaptado e inadaptable por su inteligencia, que sabe leer y escribir a los 3 años. Después de su padre, serán su profesor de universidad Donnald Sharpe, su abuelo, Lady Mary y otros personajes con los que Rann se irá cruzando por un camino que le lleva de Nueva York a Londres, París y Corea. Su propósito, encontrarse como individuo y descubrir su identidad. Poco a poco, comprenderá que no todo está en los libros y se abrirá al mundo gracias a su amor por Stephanie Kung, hija de un chino y residente en París.



Novela de formación, es peculiar que El eterno asombro sea, sin embargo, la última novela de Buck, escrita cuando su autora había alcanzado los 80 años. Salvo que, como es el caso, la novela nazca de esa larga experiencia. Sólo alguien que ha vivido con plenitud puede hablarnos de lo que constituye la vida. Cabe preguntarse si el libro hubiera tenido el mismo impacto hace 40 años. Esta claro que es un extraño golpe del azar, ya que los temas que aborda Buck, como la atracción homosexual, los mestizos o la búsqueda de identidad están a la orden del día.



@JacintaCremades