Álvaro Pombo. Foto: Iñaki de Andrés

Destino. Barcelona, 2015. 272 páginas, 19€ Ebook: 12'99€

La amplia obra novelesca de Álvaro Pombo (Santander, 1939), aunque en apariencia dispersa, gira en torno de un núcleo de peculiares intereses. Se fija en algunos asuntos inhabituales en la narrativa de nuestros días: la vivencia religiosa en su concreción católica y cristiana, la identidad de las personas y su sentirse o no significativas y sustanciales. Aborda una problemática filosófica relacionada con la esencia humana y con los misterios de la conciencia. Se basa, además, en un indespistable fraseo verbal.



Un gran mundo recoge y reutiliza este legado en una especie de novela río de comedidas dimensiones donde la observadora de una saga familiar cuenta desde ayer mismo, 2014, la peripecia de los suyos a lo largo de toda la pasada centuria. La anciana mujer rememora la trayectoria decadente de un grupo social concreto entre sus inicios en la provincia un siglo atrás y el desenlace marcado por la muerte y los enterramientos, títulos respectivos de los capítulos primero y último de la novela. En el medio, se recuperan, no solo, pero sí sobre todo, los años de plomo del franquismo en varios escenarios peninsulares.



La provincia es la ciudad natal del autor. Ha llevado este sus novelas por muy variadas geografías, por la Europa de las cruzadas o por el México de las guerras cristeras. Pero con frecuencia saca a colación esa tierra norteña, la provincia pacata y de hijosdalgo, porque en esa hidalguía de boutique identifica el paradigma de un grupo social exclusivista. La ideología, moral y convenciones externas de esta mesocracia pretenciosa y cómplice de la dictadura quedan en evidencia. Ello ocurre a través de Elvira, tía de la narradora, una mujer atípica dentro de su medio, uno de esos personajes femeninos predilectos de Pombo, "extraterritorial", como se la llama, libre, llena de contradicciones. Es un emblema de una época que ofrece, en conexión con otros parientes, un retrato coral que tiene mucho de novela histórica. Solo que no hay minucias documentales, nada más algunos hechos y nombres (Ortega, Sartre...) que proporcionan veracidad a la estampa colectiva.



Sobre este bodegón animado, o fond d'armoire, que diría la narradora, se despliega la narración psicologista de unas conciencias obstinadamente autoinquisitivas, tenaces hasta el agotamiento en verbalizar sus dudas y perplejidades. De ahí salen unos retratos de interior que expresan una gran complejidad moral al enfrentarse a las creencias, a la conciencia del pecado, a los hábitos (el matrimonio), a las relaciones de pareja o de amistad o al erotismo. Las reflexiones tienen valor genérico, pero poseen especial e intencionada validez como análisis casi generacional de esa burguesía franquista intransigente, clerical, de doble moral, enferma en su ética y ridícula en su estética.



Estas características no se aferran a la ganga sociologista que acompaña a Middlemarch, el "estudio de la vida en provincias" de George Eliot que estimula a la narradora, y, en general, a la novela testimonial del XIX sino que se decanta por una perspectiva analítica, con amplia elaboración ensayística y filosófica. Podría decirse que la novela lleva a cabo el frustrado deseo juvenil de la narradora de escribir relatos "de aventuras metafísicas". En consecuencia, el libro se llena de auténticos comentarios y debates filosóficos y tiene un carácter muy culto. La gran marca de fábrica estilística del escritor, su gusto por las figuras etimológicas, los juegos lingüístico-conceptuales y la unamuniana propensión a la paradoja, acentúa el culturalismo de la novela. Pero todo ello, y aunque Pombo se recrea más de una vez en exceso en esa suerte con el entusiasmo del virtuoso, no supone gran rémora para la novela. El tratamiento especulativo no obstaculiza la sencillez de una muy humana historia de pasiones, pérdidas y soledades. Un gran mundo ensambla una novela de pensamiento y un fuerte testimonio de época alrededor de esa gran sustancia de cualquier relato, unos personajes zarandeados por la vida.