Andrea Bajani

Traducción de Carlos Gumpert. Siruela, 2015. 117 páginas, 14'90€ Ebook: 8'99€

Lentamente, la crisis ha ido filtrandose también en la ficción actual. Así, novelas como En la orilla, de Rafael Chirbes (2013), La trabajadora, de Elvira Navarro (2014) o Democracia, de Pablo Gutiérrez (2014) han dado cuenta de desahucios, precariedad laboral y familiar, emigración forzada... todo lo que supuso el fin de la burbuja que mecía al hombre contemporáneo antes del hundimiento de Lehman Brothers. Y, sin embargo, en pocos relatos el humor negro desempeña un papel tan esencial como en Saludos cordiales, de Andrea Bajani (Roma, 1975), en el que un gris empleado debe sustituir al jefe de ventas, "jubilado" por la empresa, en la ingrata tarea de escribir cartas de despido.





Para evitar incidentes y agresiones, desde el principio sabrá qué hacer: en sus misivas nadie será despedido, sino que la empresa habrá comprendido "que le hemos cortado las alas y debemos pagar un precio" por lo que renuncia "a su altísimo perfil" (p.37). A un veterano le invitará a acabar con el "secuestro" que es su trabajo y a disfrutar "de ese maravilloso parque de atracciones que el mundo ha montado para los viejos" (p. 52), y a una secretaria parapléjica tras un accidente, a buscar nuevas oportunidades "con toda la fuerza de sus piernas" (p.88).



La trama se complica con la irrupción de la familia del ex jefe de ventas, pero ni siquiera el previsible final feliz borra la amargura que esta desasosegante novela suscita.