Elizabeth Forsythe Hailey. Foto: LDA
Decía Maurice Blanchot que lo cotidiano es lo más difícil de descubrir. Bess Steed Garner, la protagonista de Una mujer de recursos, habla y habla de lo insignificante, de esos acontecimientos corrientes, íntimos y trastornadores que incluyen los nacimientos de los hijos y las muertes, las alegrías y los fracasos personales. En esta novela epistolar, la voz única de Elizabeth Steed Garner, dama de las clases altas texanas, retrata su mundo a través de cartas, telegramas, invitaciones de baile, notas necrológicas o billetitos a su club de lectura. Y en medio de esta escritura del día a día se deslizan interrogaciones profundas. Lo que parecía el relato de una irrelevante existencia femenina de la burguesía sureña, se abre a la evolución social y a la historia de una generación de mujeres que nace a finales del XIX y vive hasta los años 60 del XX.Desde la primera nota de Bess, escrita en 1899, en la época escolar, a su compañero y futuro marido Rob Steed, a su última carta, redactada justo antes de un derrame cerebral, dirigida a su nieta Betsy, y fechada en Dallas, en junio de 1968, la novela va adquiriendo cada vez más densidad existencial.
La sensación de realidad que respiran las cartas nos lleva a confundir a Bess con un personaje vivo capaz de evolucionar con los tiempos y encontrar su lugar en la vida familiar y social, aunque para ello sacrifique anhelos más soterrados. La falta de sentimentalismo es una seña de identidad de esta mujer que ama con gran sentido práctico. El comportamiento de Bess respetará las normas de su clase, pero habrá siempre en ella un cráter interior y será consciente de que se está inmolando en contra de sus deseos. Sin embargo, se mantendrá a raya y volverá a tomar las riendas de su vida con lucidez. Cierto que Bess tiene una herencia propia como punto de partida. Su paulatina independencia y la viudedad de su primer marido la empujan a tomar las riendas de los negocios y, con luchas y gran intuición, acaba convertida en una mujer poderosa, dominante y generosa, cabeza de un clan que incluye a hijos, nietos y amistades, en cuyas vidas tendrá una participación decisiva.
La publicación de Una mujer de recursos, en 1978, convirtió a Elizabeth Forsythe Hailey (Dallas,1938) en una autora superventas. Que la historia de una mujer aparentemente convencional despertara tanto interés en los años del auge de la liberación femenina es extraordinario. La autora ha insistido en que Bess Steed está basada en su abuela, quien superó todo tipo de dificultades en los cambios sociales de un siglo a otro. Así, el mayor poder de esta novela es no solo el gran retrato de un carácter voluntarioso ante las limitaciones de su marco social, sino mostrar las marcas de las fisuras que se iban haciendo en los roles femeninos, gracias al temperamento singular de mujeres como Bess Steed.