Philippe Besson. Foto: PM

Traducción de Dolores Torres. Alianza. Madrid, 2015. 192 páginas, 18€ Ebook: 9'99€

Tomado de una frase de James Dean, Vive deprisa es el título que ha elegido Philippe Besson (1967) para su novela sobre el mítico actor que perdió la vida en un accidente de coche en la carretera de Salinas, en California. Besson se propone olvidar al icono del cine y rescatar a la persona, ese niño miope, tímido, extremadamente sensible, huérfano de madre, olvidado de su padre y ante todo luchador. Besson convoca en esta novela, que conmemora los sesenta años de la muerte del actor, las voces de aquellos que le conocieron, y ofrece una imagen caleidoscópica de uno de los grandes iconos del cine de Hollywood.



Creemos que todo se sabe sobre James Dean (1931-1955) cuando, en realidad, salvo su trágica muerte y las tres películas que protagonizó, se tienen pocos datos de su corta vida. Por esto, en parte, es interesante la novela de Besson, ya que viene a colmar el vacío que existía tras la imagen de Dean, recuperando al hombre que se ocultaba tras ese espejismo carismático.



Desde que nace, en el seno de una familia de clase media americana, la novela recorre cada uno de los episodios importantes de la vida de la estrella, como el escalofriante viaje que realiza en tren a los nueve años, con su madre en el féretro, pues la visita en cada parada de tren. El desinterés de un padre que no le verá en diez años, la falta de amigos y su deseo implacable de ser actor, son los hilos conductores de una novela que se sirve de la ficción para acercar la realidad.



Un personaje diferente narra cada capítulo. Que sean familiares, compañeros de universidad, amantes masculinos o femeninos, o el propio Dean, da una imagen múltiple y a la vez nítida de un muchacho que se salvó gracias a su sueño. Entre los narradores aparecen Elizabeth Taylor y Elia Kazan, aunque la voz más emocionante es la de su madre, la única que supo adivinar cuál era el sueño de su hijo. Pero ninguno de los treinta testimonios sobre Dean consigue abarcar la inmensidad de este hombre convertido en icono, que vivió a una velocidad mayor que los demás, muy superior incluso a la que alcanzó el Porche que le condujo a su muerte, intuyendo, mejor que nadie, que su vida iba a ser la más corta de todas.



@JacintaCremades