Pepa Roma. Foto: Archivo de la autora

Espasa. Madrid, 2017. 352 páginas, 19'90€

Si no estuviese tan desgastada la famosa frase de Tolstoi sobre las familias felices y cómo las desdichadas lo son cada una a su manera, se podría definit Una familia imperfecta, la última novela de la periodista y narradora Pepa Roma (La Sentiu, Lérida) como precisamente eso, la historia de una saga abismalmente desgraciada.



Roma ha querido narrar aquí un siglo de pesares, secretos y olvidos de tres generaciones de una familia catalana venida a menos. Y lo hace a través de las indagaciones de su protagonista, Cándida, presentadora de éxito, que abandona su casa en Madrid para cuidar en Barcelona a su madre, víctima de un ictus. El problema es que la anciana es una déspota que la maltrata verbalmente desde niña, y que su único hermano, enfermo de cáncer, malvive sometido a la voluntad de la anciana. Consciente de que el tiempo se acaba y hay demasiadas zonas oscuras en la historia familiar, Cándida logra que su madre y su tía Rita, enemigas íntimas, le expliquen cómo les cambió la vida la guerra civil.



Narrado con brío, el relato, que es también un canto a la vieja Barcelona destruida por el turismo, da cuenta de las frustraciones de una generación de mujeres que soñó con otra vida durante la República, sin que falten episodios de abusos a menores o retratos implacables de una sociedad olvidadiza, avariciosa y mezquina.