Selena Millares. Foto: Barataria

Barataria. Madrid, 2018. 222 páginas, 17,50 €

Selena Millares (Las Palmas, 1963) es autora de libros de poemas, ensayos y dos novelas publicadas. Con la primera, El faro y la noche, ganó en 2014 el premio Internacional Antonio Machado. La isla del fin del mundo, su segunda novela, también merece una buena recepción crítica tanto por los temas y conflictos abordados como por su acertado modo de resolverlos. El narrador y protagonista de la novela es el joven irlandés Aidan Fitzwater, quien a sus 19 años decide liberarse de la opresión política y religiosa de su tierra natal y sale en busca de conocimiento por otros lugares de diferentes países. Su viaje por mar parte del puerto irlandés de Waterford, llega a Burdeos, donde abandona la Hibernia para dirigirse por tierra a Madrid con el fin de entrevistarse con un abate ilustrado que le dará noticias de la Isla de San Brandán y seguir luego hacia Cádiz para volver a incorporarse al barco hasta llegar a Tenerife, donde se quedará con un tío con la idea de madurar el aprendizaje de su vocación marinera. En este recorrido en busca de un lugar en el mundo completa su aprendizaje de la vida por medio del descubrimiento del tráfico de esclavos y de mercancías entre las que se camuflan libros prohibidos.

He aquí una novela de alto valor literario que cautiva al lector desde el principio

En su viaje en busca del paraíso, cifrado en la legendaria Isla de San Brandán, el narrador y protagonista va componiendo su aprendizaje del oficio de la vida, incluida la experiencia del amor, con acceso a historias de otros compañeros de viaje, como la del cocinero Pedro, esclavo jamaicano liberado en La Habana, o las que cuenta en su tertulia en La Laguna el tío Andrew sobre casos de brujería. Dicha combinación de narradores y paranarradores acrecienta la variedad y el suspense ya de por sí muy acusados en esta novela itinerante que nos lleva desde el norte (Irlanda) hasta el sur en las Islas Afortunadas, con llegada final a la de El Hierro, donde se consuman todas las desgracias en el destino del narrador y protagonista, que ya antes ha tenido ocasión de comprobar en sus carnes las amenazas del Santo Oficio. La isla del fin del mundo es una novela de alto valor literario que interesará a lectores que buscan entretenerse y aprender con lo leído. Porque su relato cautiva la atención del lector desde su comienzo, lo mantiene a lo largo de su accidentado viaje por muy variados lugares y en su transcurso enriquece con sus pensamientos la narración de sus diferentes historias intercaladas. Dicho pensamiento es hijo de la Ilustración y sigue vigente en nuestro tiempo pues habla del conocimiento, el aprendizaje de la vida, la búsqueda de uno mismo en la persecución de un ideal, la necesidad de la cultura y los peligros de la libertad amenazada por fuerzas nacidas del oscurantismo y crecidas en la práctica y la manipulación de interesados dogmas. Y además es una novela bien escrita, con buen dominio de la riqueza léxica en todo lo relacionado con el mar, la vida que atesora y las embarcaciones que lo recorren.