Horacio Castellanos. Foto: Gunter Gluecklich

Random House. Barcelona, 2018. 335 páginas, 17 €. Ebook: 8,99 €

Horacio Castellanos Moya, nacido en Honduras (Tegucigalpa, 1957) aunque de nacionalidad salvadoreña, es autor de numerosas novelas, libros de relatos y ensayos. Ganador de varios premios literarios, entre ellos el Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas que le otorgó el gobierno de Chile por toda su obra, en la actualidad ejerce como profesor en la Universidad de Iowa tras haber residido en diversos países. Conocedor profundo de la situación política y social salvadoreña (por extensión también de la latinoamericana) y lector de Thomas Bernhard (una de sus novelas se titula El asco. Thomas Bernhard en San Salvador), Castellanos Moya cultiva la llamada "estética del cinismo", caracterizada por la presencia de personajes desprovistos de filiación, desentendidos de normas y leyes, y propensos a un desequilibrio emocional que a menudo convive con la violencia y con un sentido exacerbado del erotismo.



'Moronga' es una novela equilibrada y ordenada donde late un pasado violento que halla su reflejo en el presente

En Moronga, su última entrega, el autor presenta un texto coherente sobre dos individuos muy distintos cuyas historias confluyen en un punto determinado. El primero, José Zeledón, es un hombre apesadumbrado por su conciencia, como bien recoge la cita de Orestes que sirve de lema a la primera parte. Su relato, en primera persona, es el de un individuo sombrío que ha huido de El Salvador, ha cambiado de nombre y trata de pasar inadvertido en Wisconsin, donde un antiguo amigo guerrillero le consigue alojamiento y trabajos de subsistencia como conductor de autobús escolar y vigilante cibernético, entre otros. Su relato, sobrio aunque prolijo en datos externos, permite vislumbrar su pasado violento, su presente huidizo y su carácter indolente. También su afición al sexo y su descaro en este ámbito. El segundo relato, igualmente antecedido por una oportuna cita clásica (aquí de Las metamorfosis de Ovidio), también tiene carácter homodiegético solo que el nuevo narrador, un profesor universitario en el Merlow College de Wisconsin, difiere mucho del anterior. Se trata de Erasmo Aragón, antiguo periodista cuyo relato es de una logorrea incontrolable. Al hilo de una investigación en la que trata de esclarecer la muerte del poeta revolucionario Roque Dalton, Aragón hila diferentes aventuras amorosas que ponen de relieve su afición erótica y su personalidad emocionalmente inestable.



Moronga, cuyo polisémico título hace referencia a un personaje de la obra, a una morcilla y al miembro sexual masculino, es una novela equilibrada y ordenada, reconocible para los lectores de Castellanos Moya. En ella late un pasado violento (el pasado de El Salvador) que halla su reflejo en el presente. De ahí las referencias a los cárteles de la droga y a las maras juveniles. Un "Epílogo", redactado con el tono frío de un informe policial, pone fin a una historia enmarañada que en ocasiones resulta hilarante. Ciertos descuidos ortográficos afean el conjunto.